España sabe competir | Mundial Qatar 2022

De un partido con mucha enjundia salió España a un pie de los octavos de final. La Roja, forzada por una Alemania con sustancia, cantó un empate que le permitirá superar la ronda incluso con repetir el resultado ante Japón el próximo día 1. Hasta una derrota le serviría si Costa Rica no supera a los germanos y no se dan goleadas estruendosas de Japón y la propia Alemania. Mientras, en Jor, Füllkrug, un becario con tres internacionalidades, igualó el tanto precedente de Morata. Dos suplentes como goleadores en un encuentro muy competido, un duelo con mucho empaque hasta el final, con una Alemania más suelta en el último tramo, con más tajo para Unai que para Neuer.

Alemania ideó un partido muy estrujado para España. Arrestos individuales para Busquets (Gündogan), Pedri (Kimmich) y Gavi (Goretzka). La situación obligaba a los dos cadetes barcelonistas a maniobrar de espaldas a la portería de Neuer. El equipo de Hansi Flick invadía sin miramientos el territorio español, lo que forzaba a los de Luis Enrique a una precisión clínica para articular el juego a su manera, sin un estacazo a la pelota. Para ello fue requerido de forma habitual el auxilio de Unai Simón con los pies.

Pedri, rodeado de jugadores alemanes en la primera parte del partido contra Alemania.
Pedri, rodeado de jugadores alemanes en la primera parte del partido contra Alemania.Jaime Villanueva

En caso de sobrepasar el tabique germano, solo Dani Olmo se procuraba una vía de evacuación. Así llegó la mejor sinfonía de la Roja. El conjunto español subordinó pases y más pases, todos de palique con la pelota, hasta que se enfiló Dani Olmo y puso por los aires a Neuer, al mejor Neuer, el capaz de palmear el balón que iba a su escuadra izquierda y desviarlo al larguero. Una jugada estupenda, un remate magnífico y una parada extraordinaria. La cita prometía.

Luis Enrique dio carrete al formato del estreno ante Costa Rica, con el único relevo de Carvajal por Azpilicueta. Rodri se mantuvo de central y Morata repitió en el banquillo. Lo que funciona no se toca, debió pensar el preparador asturiano. El mismo que tardó en rectificar el enclave inicial de los tres delanteros. Olmo dejó de ser el nueve y permutó con Asensio. El jugador del Leipzig se ubicó en la izquierda y Ferran, en la derecha. No fue la noche del azulgrana, confuso y con las botas del revés. A una falange de la portería largó un disparo a un rincón del graderío superior del imponente estadio Al Bayt. Olmo había esprintado en fuera de juego, pero Ferran no lo supo hasta el soplo del VAR. Luis Enrique advirtió que no era la noche de su pariente y nada más comenzar el segundo tramo repescó a Morata. El bingo estaba al caer.

Al aviso de Olmo a Neuer respondió Gnabry con un tiro cruzado tras un despeje de Unai Simón que casi le cuesta un soponcio al meta vasco. Lo mismo le ocurrió en el segundo periodo tras un desencuentro con Pedri. Se redimió con una eficaz intervención ante Kimmich.

El encuentro era muy parejo, de lo más exigente para las dos selecciones. Un reto de altura para dos formaciones con la misma cátedra: el mimo a la pelota por encima de todo. Por algo se alistan jugadores del perfil de Busquets, Pedri, Kimmich, Gündogan… Y por algo, muy vistas la una y la otra, ambas pusieron empeño en neutralizarse en los gabinetes de medio campo. Al frente, dos agitadores principales: Dani Olmo y Musiala, de 19 años, de largo el mejor proyecto alemán del momento. Futbolista fino, hábil en los retos esgrimistas y con mucho ojo en todas las derivadas del juego. Su presencia demandó al Carvajal más aplicado. En la otra orilla, Jordi Alba no vaciló al medirse con Gnabry, otro ferrari. Una de sus aventuras culminó con un disparo del zurdo lateral con la derecha que hizo resoplar a Neuer. Lo mismo que se alivió toda España cuando el VAR chivó casi de forma instantánea el fuera de lugar de Rüdiger al cabecear a la red de Unai Simón. Todo muy equilibrado. Un duelo de aúpa para los dos. Cualquier descuido sería fatal en un choque tan ajustado.

Apenas pasada la hora, Jordi Alba abrió gas de nuevo tras un lazo entre Busquets y Dani Olmo. El lateral catalán apuntó a Morata y le asistió con precisión de cirujano. El remate triunfal del ariete del Atlético fue aún mejor que el exacto servicio de Alba. Morata reventó la red con un toque en carrera, con el inmenso Süle en el cogote y el solemne Neuer enfrente.

El gol en contra no descompuso a Alemania, que nunca perdió de vista el horizonte de Unai Simón, decisivo ante Kimmich y ante Musiala. Apretaba y apretaba el cuadro de Flick cuando llegó el momento de Füllkrug, uno de esos arietes alemanes de toda la vida, de esos de cuatro cuerpos. Musiala se revolvió con Rodri como centinela y cuando iba a armar el tiro su novato colega le rebañó la pelota y la estampó violentamente en la malla de Unai. Füllkrug llegó al Mundial de rebote y en el camión escoba. De no haberse lesionado Timo Werner lo más probable es que siguiera el torneo desde Bremen. Lleva tres internacionalidades y debutó en Omán, hace unos días, en el último amistoso alemán antes de aterrizar en Qatar. Rodri todavía tuvo que despejar una picante jugada de Sané en el alargue. Respiró España, una buena España que tiene a tiro los octavos de final.

Luis Enrique y Sergio Busquets, hablando después del partido frente a Alemania.
Luis Enrique y Sergio Busquets, hablando después del partido frente a Alemania. Jaime Villanueva

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