El incendio desatado este domingo en Balmaseda (al sur de Bizkaia) ha provocado el desalojo de Antuñano y Bortedo, dos localidades del norte de Burgos con unos 100 habitantes entre ambas. La proximidad de las llamas a ambos municipios del valle de Mena ha supuesto que la Junta de Castilla y León haya declarado el nivel 2 de peligrosidad y haya solicitado la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias (UME). El foco de origen vasco ha quedado estabilizado en la madrugada de este lunes gracias a los dispositivos terrestres, pues el intenso viento que llevó el fuego al norte de Burgos impidió el despliegue aéreo.
El director de Emergencias y Protección Civil de la Diputación de Bizkaia, Pedro Izaga, ha afirmado en la mañana de este lunes en Onda Vasca que los focos han quemado ya más de 500 hectáreas entre ambas provincias. “A esta hora lo que más nos preocupa es la zona Basoaga-Malabrigo en Zalla, donde el incendio no está del todo controlado; está estabilizado, pero hay medios y se está insistiendo en ello”, ha añadido. Y ha detallado que el viento ha amainado en las primeras horas de la jornada, dando así una tregua a los equipos de extinción, pero se prevé que se intensifique con el avance del día y pueda reactivar los focos ya dominados. Una zona urbana dañada por el fuego se encuentra en el barrio de La Calzada en Balmaseda, donde también se produjeron desalojos ante el denso humo y la cercanía de las llamas.
Los bomberos de Bizkaia informaron este domingo por la noche mediante su cuenta de Twitter de que uno de sus vehículos terrestres había quedado arrasado por el incendio. “A veces un cambio de dirección del viento y la rapidez de las llamas no da tiempo a reaccionar a los de primera fila, como esta vez”, escribieron, junto a una foto del camión totalmente carbonizado.
Las zonas por donde se han propagado los focos cuentan con una extensa masa boscosa que en estas semanas de precipitaciones generales apenas había recibido lluvias, pero sí había sufrido temperaturas muy elevadas para estas semanas de octubre, con unos 30 grados.
El equipo de bomberos desplegado está integrado por efectivos vascos y castellanos y leoneses, que han tenido que lidiar con vientos de hasta 100 kilómetros por hora, según ha reportado la Agencia Española de Meteorología (Aemet). La plataforma de Bomberos forestales en lucha de Castilla y León, que reclama mejores condiciones laborales y mayores recursos para las brigadas, ha denunciado en sus redes sociales la escasez de personal disponible para extinguir el fuego, de ahí la necesidad de recurrir a la UME. Desde el 1 de octubre, un alto porcentaje de la plantilla ha visto cómo no se prorrogan sus contratos, pues el periodo de máxima peligrosidad estaba fijado entre el 1 de julio y el 30 de septiembre. Estos equipos de extinción han recordado que el grave incendio de la sierra de la Culebra (Zamora), donde ardieron más de 30.000 hectáreas, comenzó a mediados de junio y tampoco había personal suficiente para apagarlo en sus primeros momentos hasta que se descontroló por completo.
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