El Gobierno de México ha iniciado la evacuación de ciudadanos que se encuentran en Sudán y han pedido ayuda diplomática para poder salir de ese país, que atraviesa un conflicto armado entre el Ejército y la organización paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido. La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha informado de que cinco ciudadanos ya han hecho escala en Madrid en espera de ser trasladados a México. Otras seis personas saldrán del país africano entre este lunes y el martes, ha precisado un portavoz de la Cancillería. Los funcionarios han indicado que la SRE contactó a otros dos ciudadanos mexicanos que declinaron ser evacuados y decidieron permanecer en Sudán.
El Gobierno mexicano no cuenta con sedes diplomáticas en ese país. Las gestiones de rescate y evacuación se han efectuado a través de su embajada en Egipto, país con el que Sudán colinda al norte del continente. Para extraer a sus ciudadanos, la Cancillería mexicana también se ha puesto de acuerdo con los pocos países que organizaron algún rescate humanitario, caso de España, que evacuó a sus propios ciudadanos y ayudó a llevar a los cinco mexicanos en el mismo vuelo. El canciller de México, Marcelo Ebrard, agradeció en redes sociales el apoyo de su homólogo español, el ministro de Exteriores José Manuel Albares Bueno. Además de México y España, otros países que han iniciado la evacuación de sus ciudadanos son EE UU, Francia, Reino Unido, Alemania, Corea del Sur, Japón, Arabia Saudí y Kuwuait.
La Cancillería no ha proporcionado mayores detalles sobre los cinco mexicanos en Madrid. De los restantes seis en proceso de evacuación, la dependencia ha indicado que una mujer será trasladada por la ONU; dos personas más pertenecen a Médicos Sin Fronteras; otras dos son monjas que saldrían por vía terrestre a través de Egipto, y uno más colabora con el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas.
Desde el 15 de abril, el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido, el grupo paramilitar más poderoso en el país, mantienen un conflicto armado debido a desacuerdos en el reparto del poder militar que gobierna Sudán tras el golpe de Estado de 2019. Los enfrentamientos se han extendido por varias regiones del país, especialmente la capital, Jartum, en la que han quedado civiles bajo el fuego cruzado en medio de una cada vez mayor escasez de comida, agua, electricidad y combustible. Hasta ahora hay más de 300 muertos y centenares de heridos. La ONU ha llamado a los líderes enfrentados a una tregua de tres días, pero la propuesta ha sido ignorada.
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