La Guardia Nacional mexicana ha encontrado alrededor de 2.000 pastillas de fentanilo en Culiacán, en el Estado de Sinaloa. La droga fue descubierta cuando efectivos de esta institución realizaron un chequeo en una empresa de mensajería en el municipio y, tras revisar varios paquetes, el perro que acompañaba a la patrulla “mostró un cambio de conducta” hacia uno de los paquetes, según el comunicado. Los agentes examinaron la caja de cartón y encontraron, en el interior de un pan artesanal parecido al birote, pequeñas bolsas de plástico llenas de pastillas de fentanilo. El aumento de la fabricación de esta droga sintética en México y su consumo en Estados Unidos preocupa a ambos lados de la frontera. El fentanilo es 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.
La caja de cartón contenía dos bolsas de totopos y unos panes. En la base de estos habían realizado un corte para introducir el fentanilo. Luego lo habían vuelto a tapar con cinta adhesiva marrón. El cateo de esas instalaciones se encaja dentro de la estrategia de seguridad del país, y las autoridades de México y Estados Unidos se encuentran cada vez más cargamentos de este producto. Los papeles de la Sedena, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, revelan que uno de los focos más importantes de la colaboración entre Estados Unidos y México ha sido el fentanilo. Algunas operaciones han conseguido requisar más de 100 kilos de este producto a partir del seguimiento a los carteles. En un informe filtrado el pasado 1 de septiembre, la Sedena revela que durante esta Administración, que inició en diciembre de 2018, ha incautado más de 15,3 millones de pastillas de fentanilo, lo que equivale a más de dos toneladas si se suman las incautaciones en otras presentaciones.
Según Familias contra el Fentanilo, una organización estadounidense que lucha para evitar la entrada de esta sustancia en el país, el fentanilo que es la causa número uno de muerte en Estados Unidos en ciudadanos entre 18 y 45 años, por encima de la covid-19, el suicidio o los accidentes de coche. El estudio, realizado con datos del Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades, asegura que 175 personas mueren cada día por intoxicación con fentanilo, cuyo uso ha aumentado de manera exponencial desde 2015. El 64% de personas que mueren de sobredosis se debe a un consumo excesivo de esta droga, que en muchas ocasiones es mezclada con otras como la cocaína, la heroína o el éxtasis. En 2021, casi 108.000 personas murieron de sobredosis. De esas, 71.000 sobredosis estaban relacionadas con el fentanilo.
Aunque la mayor parte de la producción que se realiza en México es exportada a Estados Unidos, una parte de todo eso se queda en el país, y su consumo se concentra en las ciudades del norte de México. Hace dos días fueron decomisadas 29.000 pastillas de fentanilo en un inmueble en Monterrey, Nuevo León, donde el consumo también va en aumento. Juan José Roque Segovia, el director de Salud Mental y Adicciones del Estado aseguró que desde 2020 hay un aumento del consumo de esa droga en el territorio. “No podemos permitir que esto empiece a circular”, dijo Roque.
“Para algunos pacientes con cáncer terminal o que se van a someter a cirugías muy dolorosas, el fentanilo todavía es una opción, pero dentro de los márgenes médicos es muy raro que alguien se quede adicto”, aseguró. Anne Milgram, la directora de la DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos, dijo en agosto: “Esta es la droga más mortífera que nuestro país ha enfrentado”. En los últimos 10 meses, las autoridades estadounidenses han decomisado alrededor 4.800 kilos de fentanilo, según cifras de la Patrulla Fronteriza de ese país.
Hace menos de una semana, dos chicas de 15 años sufrieron en Los Ángeles una sobredosis de fentanilo en la que una de ellas murió, según reporta el diario The New York Times. Creían que habían comprado Percocet, una droga que incluso con la dosis más elevada no las hubiera causado la muerte. Además, el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación tomaron la sustancia y la empezaron a comercializar en pequeñas pastillas de colores parecidas a caramelos que ahora son conocidas como fentanilo arcoíris. La amenaza para México es que los narcotraficantes se han dado cuenta de que pueden multiplicar sus ganancias con cargamentos muy pequeños de este tipo de narcóticos sintéticos, que son más fáciles de esconder y se venden más caro que las drogas “tradicionales” como la cocaína y la marihuana.
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