Ha llegado el momento de ir más despacio. La Reserva Federal de Estados Unidos ha aprobado este miércoles su octava subida consecutiva de los tipos de interés oficiales, la primera de este año, pero esta vez ha sido de solo 0,25 puntos, como se esperaba. Ya en diciembre, el presidente del banco central de Estados Unidos, Jerome Powell, decidió frenar el ritmo de encarecimiento del precio del dinero con una subida de 0,5 puntos, tras cuatro ascensos consecutivos de 0,75 puntos. En todo caso, el banco advierte de que la guerra contra la inflación no ha terminado y habrá más subidas de tipos. “Tenemos más trabajo que hacer”, ha dicho Powell en la rueda de prensa.
El movimiento de este miércoles, la menor subida en casi un año, deja los tipos de interés en el rango del 4,5%-4,75%. Es el nivel más alto desde septiembre de 2007, aunque en eso no hay demasiada novedad, pues los tipos ya eran los más elevados en 15 años antes de la reunión de hoy.
La Fed ha mantenido intacta la redacción de la parte clave de su comunicado: “El comité [de política monetaria] anticipa que continuos incrementos del intervalo objetivo serán apropiados para alcanzar una orientación de la política monetaria lo suficientemente restrictiva como para que la inflación vuelva a situarse en el 2% con el paso del tiempo”. Algunos economistas habían especulado con la posibilidad de que suavizase esa frase, para dejar abierta la puerta a una pausa en la subida de tipos en la próxima reunión, pero Powell prefiere mantener la imagen de dureza. “Mantendremos el rumbo hasta que el trabajo esté hecho”, ha subrayado en la rueda de prensa. “No tenemos aún una política monetaria suficientemente restrictiva”, ha añadido.
Del comunicado han desaparecido las referencias a la guerra de Ucrania y a la pandemia. Además, hay una mínima variación en la frase que dice que “a la hora de determinar el alcance [antes decía el ritmo] de los futuros incrementos del rango objetivo, el comité tendrá en cuenta el endurecimiento acumulado de la política monetaria, los retardos con los que la política monetaria afecta a la actividad económica y a la inflación, y la evolución económica y financiera”. Ese cambio, “alcance” por “ritmo”, parece indicar que cualquier movimiento en el horizonte será de 0,25 puntos, pero no basta por ahora para pensar en una pausa.
La tesis del banco central es que los efectos del endurecimiento más rápido de la política monetaria desde la década de 1980 aún no se han dejado sentir del todo, por lo que tiene sentido moderar el ritmo de las subidas de tipos a medida que se acercan a un nivel apropiado para bajar la inflación. Las subidas de tipos encarecen las hipotecas, los préstamos al consumo y la financiación de inversiones. De ese modo, enfrían la demanda y con ello, la economía, lo que resta presión sobre los precios.
Powell sigue intentando lograr el difícil aterrizaje suave de la economía estadounidense, es decir, controlar la inflación sin llegar a provocar una recesión. Esta misma semana, el jefe de análisis del Fondo Monetario Inernacional (FMI), Pierre-Olivier Gourinchas, aseguraba que hay una senda para lograrlo, pero que es estrecha. El presidente del banco central de Estados Unidos tiene claro que su prioridad es recuperar la estabilidad de precios y está dispuesto a provocar una recesión si es necesario para lograrlo.
La Reserva Federal ha recibido buenas noticias por el lado de los precios en los últimos meses. La inflación cerró 2022 en el 6,5%, su mínimo en más de un año, pero muy por encima aún del objetivo del 2% que el banco central considera estabilidad de precios. Otro cambio en el comunicado reconoce que la inflación “se ha moderado algo”, pero subraya que sigue elevada. “No hay lugar para la complacencia”, ha insistido Powell en la rueda de prensa. Ha reconocido que el proceso de desinflación está en marcha, pero matizando que no se ha extendido a todos los sectores. El presidente de la Fed ha advertido repetidamente de que no bajará la guardia hasta que los precios estén claramente bajo control. El mercado laboral sigue muy constreñido, con la tasa de paro en el 3,5%, la más baja en medio siglo y eso sigue siendo una amenaza, ha explicado.
El presidente del banco central de Estados Unidos también ha insistido en que más importante aún que el ritmo de subida es el nivel que alcanzarán los tipos y durante cuánto tiempo se mantendrán elevados. Las previsiones de los propios miembros de la Reserva Federal, publicadas en diciembre, apuntan a que los tipos se situarán a finales de año en el 5,125%, esto es, en el rango del 5%-5,25%, para luego bajar un punto en 2024 y otro, en 2025, aunque Powell ha dejado claro que no pensará en rebajas de tipos mientras no vea la inflación acercarse al 2%.
Ante el cambiante panorama económico, Powell ha preferido durante las últimas ruedas de prensa no comprometerse demasiado con el siguiente movimiento. Sí ha dicho este miércoles que de lo que se está hablando es de “un par de subidas más” hasta el punto en que la política monetaria sea bastante restrictiva.
La próxima reunión del comité de política monetaria de la Reserva Federal será los días 21 y 22 de marzo. Hasta entonces, aún se deben publicar dos nuevas lecturas de la inflación y otros múltiples indicadores que influirán en la decisión final. El comunicado de este miércoles parecía indicar que lo probable es que haya una nueva subida de 0,25 puntos, pero Powell ha dicho que estará muy pendiente de los datos que lleguen hasta la reunión de marzo y la de mayo, así que por primera vez en un año no es del todo seguro aún que haya una nueva subida de tipos en la siguiente reunión.
Powell pide que el Congreso suba el techo de deuda
Al presidente de la Reserva Federal le han preguntado si estaría dispuesto a financiar al Tesoro en caso de que no se eleve el techo de deuda y lo necesitase. Jerome Powell ha preferido quitarse de enmedio: “Aquí solo hay un camino a seguir, y es que el Congreso eleve el techo de la deuda para que el gobierno de Estados Unidos pueda pagar todas sus obligaciones cuando deba y cualquier desviación de esa senda sería muy arriesgada. Que nadie dé por hecho que la Fed puede proteger a la economía de las consecuencias de no actuar a tiempo. En cuanto a nuestra relación con el Tesoro, somos su agente fiscal, y voy a dejarlo ahí”, ha dicho. “Realmente es tarea del Congreso elevar el techo de deuda. Y tengo entendido que hay discusiones, pero no nos involucran. No estamos involucrados en esas discusiones”, ha añadido.
El Gobierno federal de Estados Unidos ha alcanzado el techo de deuda en circulación a que está autorizado para el Congreso. Para sobrepasarlo, necesita autorización del legislativo. El Tesoro ha empezado a adoptar medidas extraordinarias, pero con eso solo gana unos meses de tiempo. Se han planteado algunas soluciones poco ortodoxas, pero todas ellas tendrían contraindicaciones. Recurrir a la financiación monetaria del banco central es algo de lo que, por lo visto este miércoles, Powell no quiere ni oír hablar.
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