Martina Navratilova, una de las grandes leyendas de la raqueta, confirmó este lunes que el pasado mes de noviembre fue diagnosticada de un cáncer de mama y de garganta, ambos en primera fase de su desarrollo. En 2010, la extenista, de 66 años, ya superó uno de mama tras seis meses de tratamiento y someterse a una lumpectomía. “Este doble golpe es grave, pero aún es curable. Espero que todo vaya bien. Aunque va a fastidiar por un tiempo, voy a luchar con todo lo que tengo”, expresó la estadounidense, de origen checo.
Navratilova, ganadora de 18 grandes individuales y número uno durante 332 semanas –superada solo por la alemana Steffi Graf (377)–, se enteró de que tenía un ganglio en el cuello mientras trabajaba durante la última edición de las WTA Finals, celebrada en Texas (Estados Unidos). Los exámenes médicos revelaron la doble afección, que la exjugadora –ganadora también de 31 majors en dobles y 10 en mixtos– afronta con la misma determinación que ha exhibido siempre dentro y fuera de las pistas.
Navratilova es uno de los grandes iconos históricos del tenis, símbolo firme de la paridad sexual en el circuito y comprometida con diversas causas sociales. En una entrevista concedida a este periódico en noviembre de 2021, afirmaba: “Lucho para que la mujer tenga más poder, ya sea en la política, en los negocios o los medios de comunicación (…). Creo que el deporte lleva mucho tiempo liderando el frente social, rompiendo barreras e impulsando las cuestiones sociales. Eso es lo que estamos haciendo”.
La extenista se retiró oficialmente en 2006, con 49 años y cuando todavía competía en la modalidad de dobles; previamente, con 37, selló su carrera individual. Ella y la estadounidense Chris Evert protagonizaron entre los años 70 y los 80 la gran rivalidad histórica en el circuito de la WTA –80 duelos, 43-37 favorable a Navratilova– y una de las más prestigiosas en el tenis. En la actualidad, ambas trabajan como embajadoras de las Finales que reúnen a final de curso a las ocho mejores jugadoras del año.
En un principio, Navratilova –nueve títulos de Wimbledon, zurda, portento técnico y físico– iba a desplazarse en los próximos días a Melbourne para ejercer de comentarista, labor que también desempeñaba desde hace tiempo, pero finalmente guardará reposo.
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