A 20 días del inicio de la campaña electoral del 28-M, Podemos se rompe en Asturias. La organización arrastra una profunda crisis y se encontraba ya dividida desde la elección de la actual ejecutiva regional —afín a la nacional— en diciembre de 2021, pero la situación interna se ha deteriorado en los últimos meses, con acusaciones cruzadas, apertura de expedientes y expulsión de miembros de la corriente crítica con la dirección que encabeza la diputada Sofía Castañón. El último episodio de esa escalada de tensión llegó este jueves, cuando la cabeza de lista a las elecciones autonómicas, Covadonga Tomé, y una decena de militantes se encerraron en la sede del partido en Gijón para exigir que se mantenga en la candidatura al número cuatro, Jorge Fernández, a pesar de que está suspendido temporalmente de afiliación. La batalla abierta en el partido lastra las opciones electorales de Podemos en Asturias, la única comunidad, junto a Aragón, en la que se presenta a las autonómicas en solitario, sin Izquierda Unida. Y puede complicar también las cosas al PSOE, que busca conservar allí uno de los diez gobiernos que se juega el 28 de mayo.
La disputa entre la dirección y los críticos de Podemos-Asturias se agudizó el pasado noviembre, después de que la candidata no oficialista, Covadonga Tomé, ganara las primarias a la entonces secretaria de Organización regional y exasesora del Ministerio de Igualdad, Alba González, y se convirtiera así en candidata a la presidencia del Principado de Asturias. Desde entonces, Tomé ha denunciado que el partido no respeta esas primarias y que intenta impedir que concurran tanto ella como otros integrantes de la lista el próximo 28-M. Ahora, la última ofensiva del equipo de Tomé se produce a pocos días de que se el cierre el plazo de presentación de listas, que concluye a última hora del lunes. Este viernes, desde su encierro, reclamó la mediación de la líder del partido, Ione Belarra, y esta le respondió desde Toledo: “Lo que le quiero pedir a nuestra candidata es que se presente, que haga campaña, que tiene todo nuestro respaldo, el de la organización en Asturias y a nivel estatal, y que salgamos todas juntas a obtener los mejores resultados posibles”.
“De aquí saldré con la democracia y los valores de Podemos intactos, hasta entonces me quedo en la sede de Podemos”, había desafiado Tomé el jueves por la noche en un comunicado emitido tras una reunión en la que la dirección del partido en Asturias reiteró su intención de sacar de la lista al número cuatro, Jorge Fernández, y poner en su lugar a la concejala en el Ayuntamiento de Oviedo Ana Taboada. La candidata afirma también que ella y cinco personas de su equipo fueron expedientadas por hechos que considera prescritos, y que, en el caso de Fernández, se le sancionó por “opiniones” vertidas dentro del máximo órgano de dirección. La dirección de Podemos replica que Fernández está suspendido por “agresiones verbales graves y continuadas durante meses a múltiples compañeras de partido”, por lo que “automáticamente” está inhabilitado para formar parte de la lista electoral de acuerdo con las normativas de Podemos. Las mismas fuentes califican como “preocupante” el proceder del equipo de Tomé.
Desde la candidatura de Tomé, respaldada por el excoordinador y diputado autonómico Daniel Ripa —que fue expulsado por la dirección hace dos meses—, insisten en que, más allá de las cuestiones formales, al ganar las primarias la ejecutiva empezó a construir expedientes contra su equipo y que desde entonces se ha seguido una estrategia en ese sentido. Eso, sostienen, también incluye la anulación de votaciones cuando la dirección pierde el proceso, algo que según ellos ha ocurrido en el municipio de Langreo.
Más de un año en pie de guerra
La batalla interna en Podemos-Asturias se remonta a diciembre de 2021. Después de casi siete años al frente de la organización, Daniel Ripa salió de la dirección autonómica tras unas primarias a cara de perro, envueltas en polémica, que perdió por estrecho margen y sobre las que pidió una auditoría. Sin embargo, su equipo obtuvo mayoría (11 a nueve) en el Consejo Ciudadano Autonómico, lo que pronosticaba un mandato difícil para la ganadora, Sofía Castañón. Cuatro miembros afines a Ripa han sido expulsados desde entonces por un dictamen de la Comisión de Garantías Democráticas Estatal de Podemos, y él mismo fue expulsado el pasado febrero.
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La crisis en el partido va más allá. A comienzos de año, la secretaria de Organización, Alba González (derrotada en las primarias de noviembre), dimitió del cargo con una carta muy dura contra el sector crítico por “deshumanizar” a Castañón y en la que motivaba la decisión por su estado de salud, físico y mental. La coordinadora autonómica también se encuentra de baja médica desde hace meses, por lo que la sustituye de forma interina el diputado Rafael Palacios. En plena Semana Santa, Covadonga Tomé denunció que la dirección nacional de Podemos había abierto un expediente sancionador que buscaba acabar con su candidatura. La Ejecutiva nacional negó los hechos. Hace siete días, Tomé acudió a la Fiesta de la Primavera del partido en Zaragoza después de solicitar una reunión con Ione Belarra. A las puertas del recinto, convocó a los medios entre gaiteros y denunció “las dificultades” para hacer campaña y “visibilizar” su candidatura, además de pedir mantener la lista electoral en Asturias “sin modificaciones”.
La pelea interna amenaza las opciones de Podemos —que este año compite con Convocatoria por Asturias, una plataforma que engloba a Izquierda Unida y Más País— y con ello las posibilidades de Gobierno para el socialista Adrián Barbón.. “El desgaste puede ser irreversible y dar a IU la primera victoria sobre Podemos en España desde 2015″, advierte el equipo de Tomé en un documento dirigido a cargos internos al que ha tenido acceso EL PAÍS.
Preguntada por el efecto de la batalla transmitida casi en directo en los medios, la candidata ha reconocido este viernes que las discusiones pueden incrementar el “hastío” del electorado y resultar perjudiciales de cara al 28-M, aunque ha abogado por cerrar la herida. “Creo que con voluntad política esto se puede arreglar”, afirmó ante los periodistas, todavía atrincherada en la sede.
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