Tras dos ocasiones fallidas para juzgar al clan de narcotraficantes liderado por Jesús Heredia, alias El Pantoja, a la tercera ido la vencida. La Audiencia Provincial de Cádiz ha impuesto una pena de cuatro años, once meses y quince días de prisión al gaditano, que cumplió 37 años la semana pasada. Lo considera como cabecilla, “dirigiendo, organizando y supervisando” la labor de una organización que introducía droga a través de las costas del Campo de Gibraltar para su posterior almacenamiento, transporte y distribución a terceros. La sentencia recoge otras nueve condenas de entre año y medio y seis años y tres meses de cárcel a otros tantos miembros del clan, conocido como Los Pantoja y que fueron juzgadas el pasado septiembre. Otras cuatro personas han quedado absueltas, ya que el tribunal considera que no ha quedado acreditada su participación en los hechos ni la pertenencia al grupo investigado.
Este no va a ser el único capítulo judicial para El Pantoja, que está actualmente en prisión en Chiclana de la Frontera (Cádiz) por otra causa tras ser detenido el pasado marzo debido a unas presuntas conexiones con una mafia especializada en mover droga entre esa localidad y Barbate. La Guardia Civil lo arrestó en el marco de la Operación Barros durante un operativo en el que el Instituto Armado desplegó a 300 agentes por la comarca gaditana de La Janda. Estaba entonces en libertad tras pasar 14 años en prisión preventiva, de la que salió gracias al pago de una fianza, tras haber sido capturado en junio de 2020 mientras almorzaba en un restaurante italiano. Además, tiene pendiente el caso que le vincula al Rúa Mar, pesquero que a principios de 2020 se hundió, supuestamente, con varios fardos de hachís, un siniestro que dejó seis fallecidos.
Mientras continúan ambas cuestiones, la que ya está clara es la que comenzó a juzgar la Audiencia Provincial de Cádiz el pasado septiembre y que arrancó con sorpresa. Tanto Heredia como otros seis acusados aceptaron la petición de prisión de la Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar, lo que le permitió reducir la pena de 13 años que pedía el ministerio fiscal a los casi cinco años —y una multa de 1,7 millones de euros—a los que ha sido finalmente condenado por los delitos de pertenencia a grupo criminal y contra la salud pública. El tribunal le considera cabecilla de la banda de narcotraficantes, quienes tenían las tareas repartidas. Unos custodiaban la droga, los vehículos o las embarcaciones utilizadas en los alijos; otros controlaban el trasporte y establecían los puntos de vigilancia para avisar de la posible presencia policial; y el resto se encargaba de localizar los puntos de alijo o supervisar los desembarcos de droga, entre otros cometidos.
Entre quienes también aceptaron la petición fiscal estaba otro de los principales juzgados, Abdel H. A, quien aceptó una condena de cinco años y nueve meses de prisión —y una multa cercana a los 1,8 millones de euros— por los delitos de pertenencia a grupo criminal, contra la salud pública con la agravante de reincidencia y atentado en concurso ideal con dos delitos de lesiones y contra la seguridad vial. Los cinco restantes han sido condenados a dos años de cárcel y el pago de diferentes multas. En el grupo de quienes no se conformaron con las penas que solicitaba la fiscalía están Abdeslam M. A. y Víctor Manuel S. V., condenados a seis años y tres meses de prisión y cinco años y un día respectivamente.
El caso se inició en diciembre de 2019, cuando el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) de la Guardia Civil de Algeciras detectó una narcolancha que se dirigía hacia la zona de La Ballenera, en Algeciras. Una vez en la costa, varias personas se acercaron a la embarcación y comenzaron a descargar bultos y a cargarlos en dos coches —un Porsche Cayene y un Chevrolet Orlando— a los que precedía un tercer vehículo —un Ford Tourneo— que ejercía de lanzadera y hacía funciones de vigilancia. La Guardia Civil comenzó entonces un seguimiento durante el que uno de sus vehículos fue embestido —resultaron heridos dos agentes— y en el que otro de los coches llegó hasta una zona de garajes. Allí se intervino el hachís, que pesaba algo más de una tonelada —con un THC del 31,7%— valorado en 1,8 millones de euros. También había embarcaciones semirrígidas, coches robados, motos de agua y garrafas de gasolina.
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