Desde que la semana pasada el presidente Gabriel Boric presentó su política nacional del litio, la propuesta ha sido observada con atención, tanto dentro como fuera de las fronteras de Chile. Pero el anhelo de que el Estado chileno tome en control de una industria considerada estratégica para el desarrollo tecnológico, generó diversas reacciones. Aquí, las claves para entender lo que está en juego.
¿Qué es el litio?
El litio es un metal blanco, químicamente reactivo, que se utiliza como base para la fabricación de baterías de iones de litio, clave para almacenar energía de forma ligera y recargable. Su uso en computadores, teléfonos móviles y otros dispositivos digitales ha empujado su demanda en los últimos años, pero se espera que el auge por vehículos eléctricos –que se calcula serán el 60% de las ventas de automóviles nuevos para 2030– termine por disparar definitivamente el uso del metal, conocido como oro blanco. Según las proyecciones de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), la demanda por litio hacia 2030 crecerá 21% anual.
En los últimos años, el litio experimentó un bum y su precio pasó de 6.000 dólares la tonelada hasta sobre los 80.000 dólares la tonelada a fines del año pasado (aunque en los últimos meses registró una fuerte corrección y hoy se transa alrededor de los 30.000 dólares la tonelada). En 2022, las ventas de litio desde territorio chileno aumentaron 777% hasta los 7.763 millones de dólares. Se transformó en la principal exportación del país –sin contabilizar el cobre– y generó ingresos fiscales por 5.000 millones de dólares.
¿Cómo se extrae?
La minería del litio se desarrolla a través de dos tipos de depósitos: salmueras y espumodeno, una roca que se encuentra en forma abundante en Australia y que luego de ser excavada, triturada y tostada, permite aislar el 6% del litio que contiene. La salmuera, en cambio, el tipo de depósito que predomina en Chile, se encuentra en lagos salados y los procesos de extracción se realizan a través de la evaporación.
Chile posee 63 ambientes salinos, de los cuales 18 corresponden a lagunas salinas. El Salar de Atacama, ubicado en la región de Antofagasta, en el norte del país, concentra el 90% de las reservas de litio de Chile. Es ahí donde hoy explotan el mineral la empresa estadounidense Albemarle y la chilena SQM, ligada al exyerno de Augusto Pinochet, Julio Ponce Lerou. Ambas tienen un contrato de arriendo con Corfo, la agencia de promoción de inversiones chilena, que vencen en 2043 y 2030, respectivamente.
¿Quién lleva la delantera en el mundo?
Chile fue el líder de la industria del litio en el mundo hasta 2015, cuando fue reemplazado por Australia. En 2022, el país oceánico tuvo un volumen de producción estimado de 61.000 toneladas métricas, seguido por Chile (39.000) y China (19.000). En Latinoamérica, Chile lleva la delantera, pero Argentina se acerca a pasos agigantados. Según un informe del banco estadounidense JP Morgan de febrero pasado, en 2030 la producción argentina superaría a la chilena.
¿En qué consiste la política nacional del litio recién anunciada por Boric?
Se trata de una promesa de campaña de Gabriel Boric que se materializó el jueves de la semana pasada. Ese día, por cadena nacional, el presidente anunció la creación de una Empresa Nacional del Litio que será presentada como proyecto de ley al Congreso, previa consulta a las comunidades y los protagonistas involucrados. Además, el mandatario señaló que se otorgarán contratos de exploración y explotación a Enami (Empresa Nacional de Minería) y Codelco (la empresa estatal de Cobre) en aquellos lugares en donde actualmente existen proyectos en distintas etapas de desarrollo. También ratificó que el esfuerzo de exploración, explotación y desarrollo de valor agregado se realizará mediante la colaboración público-privada, pero siempre con el Estado como controlador de los proyectos. Otro punto de la propuesta es que el Estado promoverá la generación de productos de litio con valor agregado, como baterías, además de la creación de un Instituto Chileno del Litio para el desarrollo de conocimiento vinculado a esta industria.
¿Cuál será el papel de la cuprífera Codelco?
La empresa del cobre estatal fue mandatada a través de Corfo para lograr negociar con las empresas que actualmente operan en el Salar de Atacama, Albemarle y SQM, para lograr que el Estado logre entrar a esta reserva antes del vencimiento de sus contratos. De todas maneras, el Gobierno dejó claro que respetarán los acuerdos vigentes que mantienen con ambas empresas. El directorio de Codelco deberá determinar cuáles serán los términos de la negociación.
La cuprífera estatal será el instrumento a través del cual puedan entrar a la industria local las diferentes empresas de mundo que ya han manifestado su interés por participar de este desarrollo en Chile.
¿Cambiará el modelo de extracción?
Uno de los puntos que destacó el Gobierno chileno en su anuncio es que la nueva estrategia busca avanzar en mejores estándares ambientales en la industria del litio. En esa línea, La Moneda anunció que se promoverá la investigación en los salares y se establecerá una red de protección cumpliendo el compromiso de un 30% de ecosistemas protegidos al 2030. Asimismo, se avanzará hacia el uso de nuevas tecnologías de extracción directa de litio con reinyección de salmuera (en vez de evaporación), para minimizar el impacto en los ecosistemas de los salares y un mejor manejo hídrico en su producción. Se calcula que cada tonelada de litio requiere la evaporación de dos millones de litros de agua.
¿Cómo reaccionó el mundo privado y la industria?
En un principio, los principales gremios chilenos reaccionaron en contra de la nueva estrategia frente a la cual se manifestaron “descolocados” [desconcertados]. Su negativa se relaciona, principalmente, con el modelo de control que quiere imponer el Estado en los proyectos.
El anuncio de la estrategia del litio llegó justo después de que la relación entre el Gobierno y los empresarios pasaba por uno de sus mejores minutos, tras la aprobación del proyecto minero Los Bronces y de la ley que reduce las horas laborales semanales de 45 a 40 horas.
La propuesta del litio, sin embargo, volvió a tensar el frágil vínculo entre ambos mundos. Las empresas que participan de la industria reaccionaron con cautela, pese a que sus acciones se desplomaron el viernes, tras el anuncio. Los valores de SQM cayeron 15% en la Bolsa de Santiago y los de Albemarle 10% en la bolsa estadounidense. A través de un comunicado, SQM dijo que estaba analizando la propuesta y señaló que espera “ser parte de este diálogo y conversación que ahora se inicia”. En tanto, Albemarle, dijo que seguirán “colaborando con el Gobierno de Chile sobre la propuesta”.