Los aspirantes presidenciales de Morena han pisado el acelerador en sus campañas de promoción en los Estados en su lucha por la candidatura. Este fin de semana, tres de las cuatro corcholatas —término común para referir a los aspirantes morenistas— tuvieron intensas actividades de proselitismo en los Estados: la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, visitó Oaxaca y Sonora; el secretario de Exteriores, Marcelo Ebrard, también estuvo en el sureño Estado de Oaxaca, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, viajó a Baja California Sur y luego a Coahuila, adonde acudió a dar impulso al candidato de Morena a la gubernatura, Armando Guadiana. Durante sus visitas, los funcionarios llegaron a eventos predispuestos con cientos de simpatizantes, sillas, escenarios, techos, pantallas y sonido. En su mayoría estuvieron acompañados por los propios gobernadores y alcaldes, en un claro espaldarazo a sus aspiraciones presidenciales. El único que no tuvo actividades proselitistas públicas fue el senador Ricardo Monreal.
Las campañas de las corcholatas han provocado fuertes tensiones dentro del partido y también han levantado dudas sobre la procedencia de los recursos utilizados para sus actos proselitistas, pues los tiempos para las precampañas —las internas de los partidos— aún no comienzan formalmente y la ley electoral prohíbe el uso de fondos públicos para la promoción de la imagen de los funcionarios. El dirigente de Morena, Mario Delgado, afirmó la semana pasada que la convocatoria y las reglas para el proceso interno se definirían después de las elecciones para la gubernatura del Estado de México y Coahuila, el 4 de junio. El desbocamiento de las campañas y la presión sobre la dirigencia del partido fueron detonados por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que urgió a que la candidatura de Morena se definiera entre julio y agosto, prácticamente un año antes del día de la jornada electoral.
Este lunes, en una entrevista con El Universal, Monreal se ha quejado de que los gobernadores morenistas han emprendido una “descarada” cargada a favor de los otros contendientes en la interna. “Mientras a algunos no los reciben los gobernadores, como es mi caso, a otros les hacen actos de 15.000, 20.000 o 30.000 personas. Obvio está la mano del gobernador y de los presidentes municipales para la movilización. […] Ya totalmente descarados los gobernadores y sus estructuras políticas, y eso sí puede distorsionar [la contienda interna]”, ha declarado el líder de la mayoría de Morena en el Senado.
El presidente López Obrador ha llamado la atención sobre el mal uso de los recursos públicos y ha pedido conducirse con apego a la ley. “Yo creo que ellos [los gobernadores] saben que no deben de utilizar presupuesto público, que además es ilegal, en la Constitución ya está establecido que la compra de voto se considerara delito grave, o el uso del presupuesto para favorecer a partidos o a candidatos, y delito grave significa ir a la cárcel sin derecho a fianza. […] Nadie puede hacer eso, y lo saben los gobernadores y lo saben todos los funcionarios”, ha dicho en su conferencia mañanera de este lunes.
El canciller Ebrard ha subido el tono de sus demandas al dirigente de Morena, Mario Delgado, a quien ha exigido acelerar la definición de las reglas internas. Ebrard también ha elevado sus críticas a Sheinbaum, la puntera en la mayoría de las encuestas. El funcionario estuvo el viernes y sábado en Oaxaca para promocionar su autobiografía El camino de México, una publicación que le ha servido de plataforma para viajar a los Estados, reunirse con sus bases y estar en los reflectores. “El pueblo tiene que elegir a quién sigue, no el dedazo”, dijo el canciller, en referencia a la cargada a favor de Sheinbaum de parte de gobernadores y funcionarios federales.
La mandataria capitalina llegó al mismo Estado donde estaba Ebrard el sábado para impartir una de sus ya tradicionales “conferencias magistrales” sobre “Políticas de gobierno en beneficio del pueblo”, ante un foro repleto de militantes. El evento fue avalado por el gobernador oaxaqueño, Salomón Jara, con quien Sheinbaum se tomó fotos. Ebrard, que en sus propios actos proselitistas no estuvo acompañado por el mandatario, comentó: “Cada quien toma sus decisiones, yo estoy con el pueblo”. El canciller añadió que solicitar a los gobernadores apoyo para realizar eventos masivos no es congruente con la exigencia ética del partido. La jefa de Gobierno capitalina luego viajó a Sonora, donde también fue recibida por el mandatario de ese Estado del norte, Alfonso Durazo, quien a su vez forma parte de la dirigencia de Morena, donde ejerce de presidente del Consejo Nacional. La agenda fue parecida: recepción como candidata, foro lleno de simpatizantes, vítores, conferencia magistral, foto con el gobernador. Durazo incluso le alzó la mano en señal de triunfo.
El secretario de Gobernación, Adán Augusto López, viajó el sábado a Baja California Sur, donde participó en un “conversatorio” sobre “Gobernabilidad en México” en los municipios de La Paz y Cabo San Lucas. En cada evento ya lo esperaban foros repletos de militantes que apoyan su causa, con el gobernador del Estado, Víctor Castro, a la cabeza. “Vendrán tiempos más adelante de consolidar lo mucho que ha sembrado Andrés Manuel López Obrador”, dijo el titular de Gobernación. Al día siguiente el funcionario estuvo en Coahuila para participar en los actos de campaña de Armando Guadiana, abanderado de Morena a la gubernatura. Pero no faltaron las muestras de apoyo al propio Adán Augusto, a quien un coro de militantes le gritó repetidamente: “¡presidente!”.
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