El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, se reunirán este lunes para seguir negociando la elevación del techo de deuda, según ha afirmado el líder parlamentario. McCarthy ha explicado que ha tenido una llamada “productiva” con Biden este domingo. El presidente le ha llamado desde el Air Force One, el avión presidencial, en el que volvía de Japón de la reunión del G7, el grupo de los siete grandes países desarrollados.
“El tiempo apremia”, ha dicho McCarthy. Las negociaciones se reanudan este domingo. El representante Garret Graves, uno de los negociadores republicanos, ha señalado que los niveles de gasto serán un punto “fundamental” de las conversaciones. Biden ya anunció que cancelaba parte de su gira por Asia-Pacífico para afrontar las negociaciones. No ha quedado claro inicialmente si en la reunión estarán presentes el resto de los líderes del Congreso, como en anteriores encuentros. La Casa Blanca ha confirmado que en la llamada se ha acordado una reunión para este lunes.
Antes, en Hiroshima, Biden se había referido extensamente al asunto en su rueda de prensa de final de la cumbre. La preocupación de Biden es que los republicanos más extremistas estén dispuestos a provocar el impago de las obligaciones de Estados Unidos con tal de pasarle la factura política. “En cuanto a los méritos basados en lo que he ofrecido, yo no tendría la culpa. En cuanto a la política, nadie estaría libre de culpa. Y, por cierto, esa es una de las cosas que algunos están contemplando”, ha dicho.
“Creo que hay algunos republicanos MAGA en la Cámara que saben el daño que haría a la economía. Y como soy presidente, y los presidentes son responsables de todo, Biden asumiría la culpa. Y esa es la única manera de asegurarse de que Biden no sea reelegido”, ha añadido.
Por republicanos MAGA, Biden se está refiriendo a los partidarios del expresidente Donald Trump y de su lema (Make America Great Again). El propio Trump se ha manifestado partidario de provocar un impago si Biden no acepta los recortes masivos que los republicanos quieren imponerle, pese a las consecuencias económicamente catastróficas que tendría, según los expertos.
McCarthy logró la elección como presidente de la Cámara de Representantes en la 15ª votación tras hacer concesiones a ese grupo extremista, del que en alguna medida es rehén, lo que dificulta un acuerdo. “Ahora es el momento de que la otra parte se mueva de sus posiciones extremas, porque mucho de lo que ya han propuesto es simplemente, francamente, inaceptable”, ha dicho Biden en Hiroshima. “No puedo garantizar que no fuercen un impago haciendo algo escandaloso. No puedo garantizar eso”, ha añadido.
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete
En el otro lado, es McCarthy el que acusa de extremista a los demócratas: “El presidente Biden no cree que haya un solo dólar de ahorro [adicional posible] en el presupuesto del Gobierno federal. Prefiere ser el primer presidente de la historia en incumplir el pago de la deuda antes que arriesgarse a disgustar a los socialistas radicales que llevan la voz cantante por los demócratas en estos momentos”, tuiteó este sábado.
Riesgo creciente
En una entrevista con el programa de televisión Meet the press, de la NBC, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha insistido en la necesidad de resolver pronto el problema: “Indiqué en mi última carta al Congreso que esperamos no poder pagar todas nuestras facturas a principios de junio y posiblemente tan pronto como el 1 de junio. Y seguiré informando al Congreso, pero desde luego no he cambiado mi valoración. Así que creo que es un límite duro”, ha afirmado cuando le han preguntado si esa fecha podría ser flexible. “Siempre hay incertidumbre sobre los ingresos fiscales y el gasto, por lo que es difícil tener una certeza absoluta al respecto, pero mi valoración es que las probabilidades de llegar al 15 de junio y poder pagar todas nuestras facturas son bastante bajas”, ha añadido.
Que el Gobierno de Estados Unidos no tenga fondos para hacer frente a todas sus obligaciones no implica necesariamente incurrir desde el principio en el impago de la deuda. El Tesoro puede dar prioridad a esos pagos cuyo incumplimiento tendría mayores efectos secundarios frente a otros. Hay algunas alternativas teóricas también para lograr financiación extra (desde emitir una moneda de platino de alta denominación hasta jugar con el valor nominal y los intereses de la deuda), pero todas tienen contraindicaciones.
Ni Biden ni Yellen se han mostrado partidarios este domingo de usar uno de esos posibles atajos: invocar el apartado cuarto de la 14ª Enmienda de la Constitución, que dice que “la validez de la deuda pública de los Estados Unidos, autorizada por ley (…) no deberá ser cuestionada”. El presidente de Estados Unidos cree que es una maniobra muy arriesgada que puede ser revocada por los tribunales: “Creo que tenemos la autoridad. La pregunta es: ¿podría hacerse e invocarse a tiempo de que no pudiera, no fuera recurrida y, como consecuencia, pasar la fecha en cuestión y aun así incumplir con la deuda?”, ha señalado en Hiroshima. Eso no quiere decir que el presidente no se lo plantee para el futuro y ha manifestado su intención de encontrar una manera de plantear a los tribunales la validez de esa vía, pero una vez que se haya superado la actual crisis.
Con todo, Biden se ha mostrado confiado en las posibilidades de acuerdo: “Estados Unidos nunca ha incumplido… nunca ha incumplido nuestra deuda, y nunca lo hará”, ha dicho, pasando por alto un incumplimiento de 1979 que se debió a razones técnicas. En la anterior crisis sobre el techo de deuda, en 2011, con Barack Obama como presidente y Biden como vicepresidente, se llegó a un acuerdo cerca del límite, pero no llegó a incumplirse el pago de la deuda. “Sería una circunstancia muy grave que no pagáramos nuestra deuda por primera vez en 230 años. Sería un problema grave”, ha dicho en Hiroshima.
Mientras, el hecho de que se pronuncie una y otra vez la palabra impago ya tiene consecuencias y se nota en los tipos de interés de la deuda en los mercados. El Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca publicó un informe según el cual la amenaza de bloqueo ya está teniendo efectos; un episodio de impago, por corto que fuera, dejaría una costosa factura y un impago prolongado haría caer el producto interior bruto un 1,5% en el tercer trimestre (a una tasa trimestral anualizada del 6,1%) y subir la tasa de paro cinco puntos, destruyendo 8,3 millones de puestos de trabajo.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.