Una credencial con el nombre de Debanhi Escobar ha aparecido tirada en una jardinera este miércoles. Los pocos avances del caso de la muerte de la joven de 18 años apuntan ahora hacia una zona residencial, un complejo de departamentos llamado Condominios Constitución, a 20 kilómetros al sur de donde fue hallado el cadáver hace dos semanas, en la capital de Nuevo León, Monterrey. La Fiscalía repasa de nuevo unos vídeos que ya hizo públicos y en los cuales se observa a un hombre subirse a un coche estacionado en la puerta del motel donde apareció muerta en una cisterna una hora después de la última imagen de la chica con vida. Las autoridades no han conectado, públicamente, las dos pistas. Tampoco mencionaron, al momento de presentar las imágenes, la aparición de este hombre. Y la muerte de la chica, que estuvo 13 días desaparecida y se ha convertido en un símbolo de las desapariciones y asesinato de mujeres en el norte del país, continúa siendo un misterio casi un mes después.
El caso Debanhi se enreda en la Fiscalía de Nuevo León, mientras esta trabaja a contrarreloj, acorralada por una presión pública y mediática histórica ante un caso que ha despertado los demonios de otras tragedias, como las muertas de Ciudad Juárez. La crisis de desaparecidas y asesinadas en el Estado, que ha marcado los primeros meses del año en la entidad, tiene el rostro de Debanhi, como antes tuvo el de María Fernanda Contreras, de 27 años, y como apunta tenerlo el de Yolanda Martínez, de 26 (todavía sin aparecer). Así como las 57 que desaparecieron en lo que va de año y las 1.798 (desde hace más de 50) que falta por encontrar. Las desaparecidas se acumulan en la Fiscalía sin que esta haya sido capaz de dar respuesta todavía a uno solo: el de Debanhi Escobar.
La aparición este miércoles de una credencial del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación a su nombre —sus padres son maestros— a 20 kilómetros del lugar donde se encontró su cuerpo, ha removido de nuevo un caso que cada semana provoca más dudas que certezas. Ese complejo habitacional ya fue cateado el 19 de abril, durante la búsqueda de la joven, y las autoridades señalaron “no haber encontrado ningún objeto personal”. También fue cateado el motel sin éxito hasta en cuatro ocasiones antes de que hallaran su cadáver.
La Fiscalía, acusada de irregularidades y omisiones en la investigación del caso Debanhi, acabó destituyendo a dos fiscales implicados en su búsqueda, el de Antisecuestros y el de Personas Desaparecidas. Y nombró, hace una semana, a la fiscal de Feminicidios, Griselda Núñez, como nueva portavoz del caso. El cambio, aunque supuso el reconocimiento de la Fiscalía de algunos de sus errores, no ha mostrado por el momento más avances.
La parte de la autopsia de la joven que la Fiscalía ha hecho pública señala como causa de la muerte un golpe fuerte en la cabeza, “profundo”. Pero ni el informe completo ni los detalles de la autopsia independiente solicitada por su padre, Mario Escobar, han sido revelados.
Debanhi apareció muerta en una cisterna del motel Nueva Castilla, a las afueras de Monterrey, el pasado 21 de abril, después de que se perdiera su rastro el 9. Su cadáver estaba al fondo del tanque, de unos cuatro metros de profundidad, pero solo con 90 centímetros de agua (no murió ahogada). Estaba descalza, según señaló el padre en una entrevista con medios locales esta semana. Unas imágenes de las cámaras de seguridad —solo se han mostrado algunas, faltan muchas más— captan a la chica corriendo al entrar en ese motel y a las 4.56 de la madrugada cerca de la zona ajardinada donde estaba la cisterna. Ninguna autoridad ha difundido más información que ayude a esclarecer lo sucedido esa noche.
La Fiscalía difundió las imágenes de Debanhi y no mencionó un detalle importante: después de la última imagen de la joven, concretamente casi una hora más tarde, se observa una sombra y un coche que se estaciona en la puerta del motel. Ahí se sube un hombre y se marcha. Las autoridades han mencionado estos nuevos dos sospechosos una semana después de que se difundieran los vídeos de las cámaras de seguridad del motel y de que miles de usuarios en las redes sociales se percataran de estos hombres. La nueva fiscal encargada de su caso y portavoz de los avances, Griselda Núñez, titular de Feminicidios, informó de que han interrogado al dueño del vehículo y al conductor. Pero tampoco hay más información sobre sus testimonios.
La credencial en los Condominios Constitución y los dos hombres que estaban cerca del lugar donde murió Debanhi aquella noche son las últimas pistas de un expediente que se complica cada día más. Las autoridades insisten en que “no descartan ninguna línea de investigación”, cuando resulta crucial que a un mes vayan descartando algunas. Como, por ejemplo, la que apuntaba a un accidente —que ella se pudo caer sola a la cisterna— y que provocó la ira de la familia y de los colectivos feministas. La falta de respuestas y el misterio sobre el caso, que se ha convertido en el símbolo de la tragedia de un Estado y de un país —con 11 feminicidios diarios—, supone un pesado lastre para las autoridades: Si no hay justicia para Debanhi, con toda la presión mediática y pública, ¿habrá para las que faltan?
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país