El huracán Kay, que recorre la costa del Pacífico, en combinación con el monzón mexicano que llega desde el Golfo, mantendrá lluvias torrenciales en Baja California Sur y Sinaloa, y muy fuertes en Nayarit. Además se esperan lluvias muy fuertes con descargas eléctricas en Zacatecas, Durango y Chihuahua, según el Sistema Meteorológico Nacional. El fuerte aguacero ha provocado el cierre de escuelas en los Estados de Guerrero, Michoacán, Nayarit o Baja California, entre otros, y ha dejado ya varios desaparecidos y al menos tres muertos por el desbordamiento de los ríos. Al mismo tiempo, estos dos fenómenos meteorológicos han terminado con un período de sequía extrema que había obligado al racionamiento del agua, sobre todo en regiones del norte de México como Monterrey.
El último informe de las autoridades avisa de que el huracán Kay avanza hacia las costas de Baja California a una velocidad de 24 kilómetros por hora, lo que supone cuatro kilómetros por hora más que esta mañana y 10 kilómetros por hora más que ayer. Este fenómeno atmosférico alcanza vientos máximos sostenidos de 140 kilómetros por hora, por lo que de momento se mantiene en la categoría 1 de la escala Saffir-Simpson. Se espera que alcance la categoría 2 durante la noche.
Los Estados de Baja California y Baja California Sur están sobre aviso por la llegada de las fuertes lluvias. Se ha establecido una zona de vigilancia por efectos de huracán que va desde Puerto Cortés hasta Punta Eugenia, y una zona de prevención por efectos de tormenta tropical desde Punta Abreojos hasta el Cabo San Lucas.
La escala Saffir-Simpson clasifica estos fenómenos dependiendo de la velocidad del viento. Entre 119 y 153 kilómetros por hora el huracán se considera de categoría 1, como es el caso de Kay. Un huracán de estas características puede traer daños “a la vegetación y en los muelles, así como inundaciones en carreteras y caminos costeros”, según el Centro Nacional de Prevención de Desastres. Si el huracán asciende a categoría 2, se podría esperar el deterioro de tejados, puertas y ventanas, y grandes daños en la vegetación. Además, las autoridades de los estados afectados cierran los puertos marítimos en previsión de inundaciones y la rotura de amarres.
Después de un verano seco como pocos, varios fenómenos meteorológicos extremos han dejado grandes aguaceros en todo el territorio. El huracán Kay ha dejado ver sus primeras consecuencias en varios puntos de la costa del Pacífico. Tres regiones del Estado de Guerrero (Costa Grande, Acapulco y la parte alta de la Sierra) han suspendido sus clases, para no poner en riesgo a los alumnos. Desde allí llegan imágenes de ríos desbordados, calles inundadas, coches arrastrados hasta lugares imposibles y olas de varios metros de altura.
También se han suspendido las clases en Nuevo León, Oaxaca (en los municipios de Matías Romero, San Juan Mazatlán y San Juan Guichicovi) y Sinaloa, donde el aviso no llego hasta pasadas las 6.30 de la mañana. Para entonces, muchos alumnos ya estaban de camino a la escuela, y algunos ya estaban en las aulas, según ha lamentado su gobernador, Rubén Rocha Moya.
Después de haber atravesado una sequía histórica que ha obligado al racionamiento del agua, el norte de México se ha visto abrumado por lluvias que ha tenido especial impacto en Monterrey y su área metropolitana. Erik Cavazos, el director de Protección Civil en el estado de Nuevo León, ha defendido que las lluvias, pese a los desperfectos que está causando, son “de mucho beneficio para las cuencas y los ríos, y principalmente las presas de nuestro Estado”, ha asegurado a la televisión local. Protección Civil informó que las intensas lluvias han dejado 25 árboles y 24 postes derrumbados y al menos 19 vehículos varados.
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