El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, ha anunciado este domingo el inicio de un periodo de luto nacional con motivo de la muerte de decenas de personas en la estampida que se produjo el sábado por la noche en el corazón de Seúl, donde estaban teniendo lugar varias celebraciones de Halloween. La tragedia ha causado por el momento 154 muertos y 133 heridos, 37 de ellos de gravedad. La mayoría de las víctimas son adolescentes y veinteañeros, y entre los fallecidos hay una veintena de extranjeros, ninguno español, según ha informado la Embajada de España en Corea. Durante una alocución a la nación, el mandatario de Corea del Sur prometió una “investigación en profundidad” y destacó que “lo más importante es determinar las causas del accidente y prevenir otros similares”. El suceso es el más mortífero del país desde el naufragio del ferry Sewol en 2014, accidente en el que murieron 304 personas, principalmente estudiantes de secundaria.
“Es una tragedia y un desastre que no debió ocurrir”, lamentó Yoon en un discurso retransmitido desde la oficina presidencial, en el que trasladó sus condolencias a los allegados de las víctimas. El líder surcoreano ha decretado “un periodo de luto nacional que se extenderá desde hoy [domingo] hasta que el accidente esté bajo control” y ha declarado “como máxima prioridad” las labores de emergencia. La agencia de noticias Yonhap ha informado de que se han cancelado la mayoría de los eventos y desfiles organizados por Halloween en el país.
El ministro del Interior, Lee Sang-min, ha señalado que la Policía no contaba con que se congregasen grandes multitudes en las celebraciones de Halloween. Según el diario The JoongAng, tan solo se habían desplegado unos 200 agentes en la zona, pero para evitar la circulación de estupefacientes, tras detectar en aduanas pastillas de colores y en forma de caramelo. Los usuarios surcoreanos están criticando en redes que, el año pasado, con el objetivo de que se respetasen las medidas preventivas contra el coronavirus, la cifra de policías ascendía a más de 4.000. El sábado, gran parte de los activos policiales se encontraban repartidos en diversos puntos de la ciudad, donde grupos políticos y activistas habían organizado diferentes manifestaciones durante la tarde.
“[En otro tipo de eventos] los organizadores podrían ser penados por la ley [por mala gestión], pero es difícil que alguien cargue con la culpa de este evento, ya que fue espontáneo, sin un organizador claro”, explicó este domingo en la radio nacional Yeom Gun-woong, profesor del Departamento de Policía y Administración de Bomberos de la Universidad U1.
Choi Sung-beom, jefe del Departamento de Bomberos del distrito seulense de Yongsan, ha confirmado que al menos 154 personas murieron y 133 resultaron heridas a causa de la estampida que se produjo en torno a las 22.22, hora local del sábado (14.22 hora peninsular española), en las cercanías del hotel Hamilton, frente a la estación de metro de Itaewon. Según el recuento de decesos de la agencia Yonhap, han muerto 98 mujeres y 56 hombres.
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Al menos 26 de los fallecidos son extranjeros, procedentes de 14 países, entre ellos Francia, Austria, Noruega, Estados Unidos, Australia, China y Rusia. El número de víctimas podría ascender en las próximas horas, ya que la Policía ha subrayado que 37 heridos se encuentran en estado grave.
Un callejón de cuatro metros
La estampida tuvo lugar en un callejón de unos cuatro metros de ancho y 45 de largo que se encuentra en pendiente y desemboca en la calle principal y la estación de metro. Aún se desconoce qué originó el incidente, pero según testigos citados por los medios surcoreanos, en lo alto de la cuesta se cayeron decenas de personas, lo que provocó un desmoronamiento en cadena. La Agencia de la Policía Metropolitana de Seúl ha señalado que, por el momento, no se ha detectado ningún caso de consumo de drogas relacionado con el suceso, y ha abierto una investigación para comprobar si los establecimientos de los alrededores cumplían con la normativa de seguridad.
“Detrás de mí la gente gritaba cosas del tipo ‘¡Empuja! ¡Somos más fuertes! ¡Podemos ganar, ja, ja!’ Algunos intentábamos que la multitud siguiera un solo sentido, pero resultó inútil. De repente, se desató el caos y todo el mundo empezó a empujar agresivamente de un lado a otro, y mi empecé a perder la visión. Mi amigo, que es más fuerte que yo, me ayudó a resistir. Si no hubiese sido por él, habría caído”, ha explicado en una serie de stories en su cuenta de Instagram la YouTuber Seon Yeo-jung.
Los vídeos que han circulado del lugar de los hechos mostraron a cientos de personas apelotonadas en la calle sin poder moverse, bomberos intentando ayudarlas, bolsas de cadáveres en las calles y trabajadores de emergencia realizando reanimación cardiopulmonar. Algunos supervivientes estuvieron más de una hora atrapados entre la multitud. Tanto bomberos como testigos afirman que, a pesar de que la calle estaba a rebosar, la gente continuó empujando para entrar.
Huang, una estudiante china de 20 años, llegó a Itaewon alrededor de las 18.00. Al estar mucho más concurrido de lo habitual, decidió marcharse sobre las 19.15. Se enteró de lo ocurrido cuando sus conocidos empezaron a preguntarle cómo estaba. “Pensé que con tanta gente podría ser peligroso, pero nunca imaginé que podría haber estado tan cerca de la muerte. Al ver los vídeos se me pone la piel de gallina. Me siento afortunada por no haber estado allí, pero al mismo tiempo estoy triste por no haber podido ayudar”, confiesa a EL PAÍS.
Según los medios locales, las autoridades enviaron un mensaje de emergencia a todos los teléfonos móviles del distrito de Yongsan en el que se instaba a los ciudadanos a volver a casa lo antes posible debido a que se había producido “un accidente cerca del hotel Hamilton en Itaewon”. Algunas publicaciones en redes sociales previas a la estampida ya alertaban de que había más gente de lo normal en las calles.
Itaewon es uno de los barrios más populares entre jóvenes y extranjeros, y donde cada año acuden miles de personas para ver las luces de Navidad o disfrutar de espectáculos de fuegos artificiales. Colindante con una base militar estadounidense, la zona es también desde hace tiempo el punto más concurrido de la capital surcoreana para celebrar Halloween. Se calcula que unas 100.000 personas se encontraban allí el sábado, después de tres años con numerosas restricciones para frenar la pandemia. Corea del Sur permite reunirse a más de 10 personas en restaurantes desde abril, y eliminó el uso obligatorio de mascarilla en exteriores en mayo.
Alrededor de 1.700 miembros de los servicios de emergencias y de las fuerzas de seguridad, incluidos 517 bomberos y 1.100 agentes de policía, así como 140 vehículos llegados de otras localidades surcoreanas, entre los que se incluye todo el personal disponible de Seúl, se desplazaron al barrio de Itaewon para atender a las víctimas. Más de un centenar de los fallecidos murieron tras ser trasladados al hospital, mientras que 45 perdieron la vida en el lugar de la estampida y sus cuerpos fueron trasladados a un gimnasio cercano.
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