Una máscara facial de látex para escapar a los controles biométricos de los puestos fronterizos y hasta 25 identidades diferentes. La Policía Nacional ha detenido en Benalmádena (Málaga, 70.204 habitantes) a un fugitivo considerado por los investigadores como uno de los mayores falsificadores de documentos de Europa. El investigado residía con su esposa, también detenida, en la Costa del Sol desde junio, mes en el que escapó de su país, Letonia, huyendo de la justicia. Los agentes también han desmantelado un completo laboratorio de fabricación de documentos falsos instalado en un apartamento. El espacio contaba con ordenadores, impresoras, prensas, planchas, moldes y otros muchas herramientas para confeccionar documentación falsificada “de altísima calidad”, según han precisado fuentes policiales. Como muestra, los 25 nombres diferentes que se había fabricado para sí mismo.
El arrestado se había instalado en la costa malagueña tras huir de la justicia de su país. Tenía una Orden Europea de Detención (OEDE) en vigor, pero había conseguido eludir a las autoridades policiales gracias a sus múltiples identidades. Para evitar sospechas, había alquilado dos apartamentos en Benalmádena. En uno residía junto a su mujer. En el otro, había instalado su oficina: un completo laboratorio donde contaba con todo lo necesario para falsificar documentos con hasta el más mínimo detalle. En el lugar se han hallado 86 documentos falsos de diversos tipos y nacionalidades —como permisos de conducir— listos ya para ser enviados por correos, así como más de 10.000 euros en efectivo, además de la máscara de látex que, se cree, el fugitivo había utilizado para pasar desapercibido en los controles faciales de la frontera. Y que también podría servir para obtener datos biométricos de los posibles clientes para incluirlos en los chips de los documentos falsos, extremando así la calidad de sus falsificaciones.
La operación, denominada Riga e impulsada por la Policía Nacional y los cuerpos de seguridad de Letonia y Polonia, arrancó el pasado junio. Las autoridades letonas comunicaron entonces a las españolas que habían perdido la pista de un experto falsificador de documentos que habían arrestado. Activaron entonces la orden de búsqueda internacional, pero también avisaron a de que creían que se había ocultado en la Costa del Sol, destino habitual entre fugitivos de todo el mundo. Los agentes comenzaron entonces a rastrear su ubicación hasta que dieron con él en Benalmádena. En un primer momento, no sabían si solo se había trasladado para residir o para continuar con su actividad ilegal, pero tras establecer un dispositivo de vigilancia comprobaron que mantenía su trabajo como falsificador. De hecho, recibía con frecuencia útiles necesarios para su labor e importantes cantidades de dinero. De hecho, la colaboración con el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria se pudo interceptar un paquete con destino a Francia con un documento de identidad de otro país europeo falsificado.
La investigación concluyó con la entrada y registro tanto del apartamento donde el falsificador y prófugo residía junto a su pareja, como de la vivienda donde se sospechaba que mantenía su actividad ilícita. En este último lugar se encontró “un completo y altamente profesionalizado laboratorio” con equipo informático de última generación, además de prensas, planchas, moldes y otras muchas herramientas que utilizaba para falsificar documentos, según ha explicado la Policía Nacional en un comunicado este jueves.
Según los investigadores, no es nada habitual “encontrar un laboratorio de este nivel de especialización, con instrumental tan sofisticado, dirigido por un prófugo internacional”. Entre las pertenencias intervenidas hay 86 documentos de identidad falsos —muchos de ellos con la fotografía del investigado con diferentes nombres y nacionalidades— así como 10.150 euros en efectivo.
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La operación, coordinada por la Sección de Investigación de Fraude Documental (SIFD) con el apoyo de la Unidad de Redes de Inmigración y Falsedad documental (UCRIF) e integrantes de las policías de Letonia y Polonia —que se reúnen esta misma mañana en Málaga— ha sido uno de los primeros grandes éxitos del llamado Punto Atenas puesto en marcha por la Comisaría de Extranjería y Fronteras en diciembre del año pasado. Se trata de un centro de llamadas donde cualquier agente puede consultar sobre la marcha de cualquier documento de identidad del que dude sobre su veracidad. A través del teléfono o correo electrónico, los responsables del dispositivo podrán estudiar y cotejar de manera rápida las características de cada documento y ayudan a los policías a conocer si tienen ante sí posible documentación falsificada.