Masters de París-Bercy 2022: Rune tumba a Djokovic y se destapa a lo grande en París-Bercy | Deportes

Es rubio, tiene rostro aniñado y cierto parecido con el cañonero Erling Haaland, otro fenómeno de las tierras altas. Es intrépido, maneja el revés con soltura y saca y pega el drive con la misma determinación con la que el cañonero del City rasga defensas y perfora redes. Es un advenedizo al que supervisa la mirada vigilante de su madre desde la grada, pero Holger Rune sabe ya apañárselas solito. Vaya que si sabe. Asiente el público francés, testigo de un estallido. Empezó el curso como el 103º del mundo y lo cierra entre los diez más fuertes. Otro talento derriba la puerta, la revolución continúa.

Este 2022 que ya había marcado un punto de inflexión rotundo con la espectacular ascensión de Carlos Alcaraz incide en subrayar el relevo generacional. En París-Bercy, el joven Rune, también 19 años, resiste a todo y se eleva para atrapar su primer Masters 1000 y enviar un mensaje: señoras y señores, aquí estoy yo. El nórdico derrota a Novak Djokovic en la final (3-6, 6-3 y 7-5, tras 2h 32m), pulveriza varias barreras e irrumpe directamente en el top-10 mundial, cuando a principios de año era el 103º y en septiembre del año pasado, fecha del único precedente entre ambos hasta este reencuentro de París, era el 145º y emergía como atractiva promesa. Hoy, Rune es una realidad.

El danés festeja convertido ya en el primer tenista de su país que alcanza una cota tan alta, y redondea una semana monumental. Se deshizo antes del choque contra Nole del veterano Stan Wawrinka, triple campeón de Grand Slam, y después rindió de manera sucesiva a cuatro integrantes de la planta más noble del circuito: Hubert Hukacz (10º), Andrei Rublev (9), Carlos Alcaraz (1º) y Felix-Augger-Aliassime (8º). Como lazo, un triunfo por todo lo alto contra Djokovic, lo que le señala como el vencedor más joven del torneo de Bercy desde que lo consiguiera Boris Becker con 18 años en la edición de 1986; a su vez, Rune es el primer jugador desde 1973 (cuando nació el ranking de la ATP) que tumba a cinco rivales del top-10 en un mismo torneo.

Es decir, siguen entrando nuevos aires en el tenis masculino, que poco a poco perfila una nueva era. Con Alcaraz al mando en la actualidad, no se puede perder de vista a Rune, finalista en los cuatro últimos torneos y ganador en dos de ellos: Estocolmo y Bercy, este último palabras mayores. Había emitido señales durante la primavera, cuando triunfó en la arena de Múnich y después logró abrirse paso hasta los cuartos de Roland Garros, y se gana ahora los focos con todo merecimiento. Semana fantástica y victoria mayúscula ante Djokovic, que disfrutaba de un buen presente (títulos recientes en Tel Aviv y Astaná) y se topó con la formidable respuesta del nórdico.

La revolución continúa

Rune venía como un tiro, enlazando victorias y sensaciones sin parar, pero en esta ocasión accedió a la pista del Palais Omnisports de Bercy hecho un flan, agarrotado y tenso, demasiado impresionado. Enfrente estaba el campeón con el que hace unos años se fotografiaba, siendo entonces él un niño y Djokovic ya un hombretón, prácticamente treintañero. En la tarde de Bercy el tiempo iba y venía, y aquel chaval que soñaba con ser algún día como Nole se encontró con la inmensa estampa del serbio, que en ese pasado era un portento y en este presente de transición generacional, todavía mejor.

Al danés le pesó la mística del serbio (35 años) durante todo el primer parcial. Se diluyó él solo y parecía haber desconectado, pero Nole desperdició la oportunidad de abrir brecha en el segundo y después, en el tercero, ya de tú a tú completamente, no pudo contener la impetuosa propuesta de su adversario. Le tuvo que poner muchas agallas Rune, quien después de lograr un doble break aguantó la embestida y consiguió abortar seis opciones de rotura del balcánico. Desperdició luego el primer punto de partido, merced a una doble falta, pero se sostuvo y se coronó. Evitó así el séptimo laurel del campeón de 21 grandes y se presentó mundialmente a lo grande.

Es Rune, sumado a la revolución. Llegan los nuevos tiempos y él –primer reserva para la Copa de Maestros que arranca el próximo domingo en Turín– se une al gran golpe de los emergentes. El futuro ya está aquí. Para dar con la última vez que dos tenistas tan jóvenes figuraban en el top-10 hay que retroceder hasta mayo de 2007; entonces se rebelaban el propio Djokovic y Andy Murray, los dos 19 años. Ambos siguen en la pelea, pero los tiempos cambian. Puede Nole dar fe de ello.

“GANAR AQUÍ ES UN BUEN PASO, PERO TENGO SUEÑOS MÁS GRANDES”

A. C. | Madrid

Rune está asesorado desde hace tres semanas por Patrick Mouratoglou, el francés que dirigió a Serena Williams y que actualmente ocupaba el banquillo de Simona Halep. Sin embargo, la exnúmero uno ha sido suspendida por dopaje (EPO en pastillas) y el técnico se ha aliado con el danés, aunque no se haya desvinculado de la rumana.

“Para ganarle a Novak debes tener algo especial o extra, y Holger definitivamente lo tiene”, valoró el preparador, mientras Djokovic ensalzó su “espíritu de lucha”. Al fin y al cabo, el nórdico logró voltear el duelo gracias a su fe y al arrope del público, al que logró meterse en el bolsillo en una maniobra fundamental.

“Es una especie de pequeño sueño hecho realidad, pero tengo sueños mayores”, advirtió Rune. “El hecho de ganar este tipo de partidos, contra alguien como Novak, supone un buen paso en el camino”, prosiguió el ganador, que apuntó a su “valentía” como factor clave para decantar la final a su favor.

Rune se hace notar a la par que Alcaraz gobierna. Preguntado por ellos, Djokovic expresó: “Son muy completos a su edad, no hay una gran diferencia. En términos físicos son similares y trabajan muy duro; se defienden extremadamente bien y tienen mucha dedicación. Rune tiene mejor revés y Alcaraz mejor derecha, pero en líneas generales todos los tiros de ambos son muy buenos”.

El serbio viajará ahora a Turín, con el objetivo de sellar el año con otro trofeo entre las manos. Sería el quinto tras los de Roma, Wimbledon, Tel Aviv y Astaná. “No es ningún secreto que a estas alturas de mi carrera, cada torneo que juego es importante. Intentaré ganarlo. Me siento muy bien y creo que estoy jugando un muy buen tenis”, zanjó.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Enlace a la fuente