La Cámara de Diputados de México aprobó en la noche del viernes por 270 votos a favor, 219 en contra, y una abstención el presupuesto para 2023. Habrá un aumento real del gasto público del 12% respecto al año anterior para llegar a los 8,3 billones de pesos. En el penúltimo año del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la gran beneficiada de este incremento es la Secretaría del Bienestar, responsable de los programas sociales. Por el contrario, los organismos autónomos, entre ellos el Instituto Nacional Electoral (INE), encajarán un notable recorte.
Los legisladores han decidido, de hecho, modificar el proyecto presentado por López Obrador y hacer más grande aún la rebaja para los organismos y poderes autónomos hasta alcanzar los 6.437 millones de pesos. De ese total, 4.475 corresponden al INE. El organismo se ha convertido en un blanco de ataques del presidente, quien lo acusa de ser demasiado oneroso. De hecho, está en discusión una reforma constitucional en materia electoral que reduciría la estructura de la institución y que la oposición considera una amenaza a su imparcialidad.
La mayoría de los recursos perdidos por los organismos autónomos irán a la Secretaría del Bienestar. La dependencia es la encargada de algunos de los proyectos estrella de López Obrador, como el programa Sembrando Vida y las pensiones a los adultos mayores. Este aumento del gasto social, además de ser coherente con el discurso de “primero los pobres” del mandatario, asegurará la continuidad de los apoyos justo cuando el sexenio toca a su fin y la clase política se prepara para las elecciones de junio de 2024.
El dictamen fue aprobado el martes en lo general por 273 votos a favor de Morena y sus aliados, y 222 en contra de la oposición —PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano—. Sin embargo, la discusión se prolongó hasta el viernes porque los partidos políticos presentaron 2.264 reservas. Después de 40 horas de debate, solo se aprobaron cuatro modificaciones menores.
Durante la discusión, diputados opositores criticaron el aumento del gasto y del endeudamiento, así como los recortes al INE. Según Margarita Zavala, del PAN, el presupuesto “muestra claramente que gastan mucho y gastan mal”. Mientras, los representantes de la mayoría defendieron el aumento de gasto social. “No les gusta que distribuyamos el dinero con la gente, con el pueblo”, le lanzó Reginaldo Sandoval, del PT, a la oposición.
El aumento del gasto público ha despertado temores sobre la forma cómo se va a financiar. Hace tres semanas, el Congreso aprobó la Ley de Ingresos que debe sustentar el presupuesto. Se autorizó elevar el techo de la deuda al 49,4% del PIB y no se crearon nuevos impuestos —la apuesta es que la recaudación suba gracias a la mayor vigilancia fiscal—. Por otra parte, las proyecciones de crecimiento sobre las que se basa la Secretaría de Hacienda para estimar los ingresos son más optimistas que las de los organismos internacionales.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país