La reforma laboral que amplía de 6 a 12 los días de vacaciones en México está en pleno cabildeo. El dictamen ya fue avalado con el apoyo unánime de los senadores a principios de mes, sin embargo, ahora los representantes empresariales buscan convencer a los diputados en el Palacio de San Lázaro de cambios sobre la forma en que se aplicará dicho aumento en los días de asueto. Los empresarios proponen que el aumento de vacaciones sea más escalonado, con un incremento de nueve días en 2023, uno más el siguiente año y así hasta llegar a 12 días en 2026. Los empresarios esgrimen que duplicar de inmediato y en un solo momento los días de descanso supondrá un golpe económico para las pequeñas y medianas empresas. El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), José Medina Mora, detalla que es mucho más difícil para una microempresa, que tiene de una a 10 personas, garantizar su operatividad si se avalan “de golpe” un aumento de vacaciones.
Aunque la aprobación de la iniciativa fue celebrada tanto por políticos como por líderes sindicales, los organismos empresariales hacen hincapié en los costos extras que esta reforma supondrá para los patrones. El Consejo Coordinador Empresarial (CCE), calcula que de aprobarse el dictamen, como está, los costes laborales se elevarían hasta un 4%, un incremento que pondrá contra las cuerdas a los empresarios y restará competitividad para atraer nuevas inversiones a territorio mexicano. “Duplicar un concepto de un solo momento sería una carga adicional a la que empleadores ya afectados por la pandemia y la inflación”, asegura Lorenzo Roel, presidente de la Comisión Laboral del CCE.
La reforma a la Ley Federal de Trabajo, aprobada en el Senado, establece que los empleados desde el primer año laboral tiene derecho a 12 días de vacaciones pagadas. Este periodo vacacional aumentará en dos días laborales cada año, hasta llegar a 20. La propuesta de reforma, además, permite a los trabajadores disfrutar de manera continua de sus vacaciones. En este último punto, los órganos empresariales también solicitan un cambio a la Cámara de Diputados, que solo se permita a los empleados pedir seis días de vacaciones continuos y el resto de los días de descanso se tomen de manera individual. Medina Mora precisa que esta flexibilidad garantiza la continuidad de la operación.
México es el país de América Latina donde los trabajadores tienen menos vacaciones, incluso se encuentra por debajo de Cuba, Nicaragua y Panamá, donde tienen 30 días de descanso. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) fija en 18 días de asueto, el nivel óptimo de descanso. En la exposición de motivos del dictamen, los legisladores aseguraron que el 75% de mexicanos padece fatiga por estrés laboral, superando a países como China y los Estados Unidos, por lo que cambiar la forma en la que se ve el trabajo mejoraría la calidad de vida de los ciudadanos.
Roel no es indiferente a las cifras que sitúan a México en uno de los últimos escaños de la tabla, pero advierte que estos cambios deben ejecutarse de forma gradual para no traer efectos colaterales. “Como sector estamos de acuerdo en crecer los días de descanso, pero insistimos es que el impacto sea progresivo, no de inmediato y que se permita esa fórmula de seis días seguidos de vacaciones y el resto sea flexible”, concluye el portavoz del CCE. Los cambios serán aplicables a los contratos individuales o colectivos de trabajo vigentes a la fecha de la entrada en vigor del decreto, el cual se prevé entre en vigor a partir del 1 de enero de 2023.
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