España no tardará en encuadrar su realidad. Alemania no le medirá igual que Costa Rica. En el estadio Al Bayt, en el municipio de Jor, 50 kilómetros al norte de Doha, a la Roja le espera un hueso (La 1, Gol Mundial, 20.00). Porque eso es y ha sido toda la vida Alemania, antes y después de perder con Japón (1-2). No lo duda Luis Enrique, el seleccionador español: “Si alguien sabe competir es Alemania y si alguien está preparada para cambiar su dinámica es Alemania”.
El preparador asturiano se ha encontrado con una situación imprevista, porque no esperaba “una versión tan potente” en el estreno frente a los ticos (7-0). Una goleada tan súbita que, de alguna manera, ha descolocado a Luis Enrique. Tiene sus razones: “Me encuentro mejor gestionando problemas, soy así de gilipollas; mi nervio asturiano sale mejor en los malos momentos”.
Sabedor de que el elogio debilita, el técnico español se encargó de recordar que Alemania “reúne los requisitos para no ir con mucha confianza”. En caso contrario “te puede pasar por encima”. De ahí que la Roja se tome con cautela el reto. Alemania, cierto, salió por la gatera de Rusia 2018, con un sonado batacazo en la fase de grupos —cayó con México y Corea del Sur—, pero su eco siempre obliga a estar en alerta. Cuatro estrellas la distinguen. Y no le faltan futbolistas con una jerarquía extraordinaria, casos de Neuer, Kimmich y Müller, por ejemplo. Y jóvenes de gran impacto, como Musiala. Y futbolistas tan consolidados como Rüdiger, Gnabry, Havertz, Gündogan, Goretzka… Alemania tiene de todo, por más que Neuer, Müller y Sané arrastren problemas físicos. En España, todos al grito de ¡presentes!
Según dijo el sábado Luis Enrique, la selección germana es la “más parecida” a España, por su intención de conservar la pelota y presionar en campo ajeno. El asturiano dijo prever “un partido abierto” frente a un rival con muchas variantes.
Alemania, por su parte, mantendrá su formato. Eso dijo el sábado Hansi Flick, el seleccionador: “Tenemos que seguir con nuestras creencias futbolísticas, debemos tener coraje y evitar como sea quedar eliminados”. Flick ensalzó a Gavi y Pedri, “con una calidad fantástica para la edad que tienen”. Ninguno estaba en Lisboa, en agosto de 2020, en el cataclismo azulgrana frente al Bayern que Flick dirigía (8-2).
Por supuesto, Luis Enrique, ni en su popular y controvertido streaming ni en su engorrosa comparecencia ante los medios, dio pistas sobre la alineación. A él le importa “cero”, porque lo relevante no son los 11 reclutas iniciales, “sino los 16 que participen”. “No tengo una alineación para cada partido, varío en función de lo que veo en cada entreno. Por norma”, agregó, “no suelo repetir… pero igual cambio de idea mañana por la mañana”. Una de las grandes incógnitas es la posición de Rodri, de merienda como central postizo ante Costa Rica. No será lo mismo ante Havertz y el resto de atacantes de Flick. Rodri puede dar paso a un central puro y adelantar su posición junto a Busquets. No es una pareja habitual. Luis Enrique solo los hermanó como titulares en la final de la Liga de Naciones con Francia. Si se toma el duelo con los germanos como una final… Un triunfo clasificaría a España para octavos, despejaría a un aspirante al trono y permitiría al técnico administrar los recursos contra Japón.
España y Alemania se citarán nueve horas después de que se hayan enfrentado Japón y Costa Rica. El resultado entre ambos permitirá evaluar a los germanos lo crítica de su situación. Una victoria nipona obligaría a ganar al equipo de Hansi Flick. El empate con los españoles le dejaría a un dedo de la sala de embarque para Alemania, ya que en la última jornada al equipo de Luis Enrique le bastaría igualar con Japón. Hasta una derrota no escandalosa de la Roja en el cierre de la fase de grupos le serviría si los alemanes no se acercan ante Costa Rica al 7-0.
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