Édgar Valdez Villarreal, alias La Barbie, no está bajo custodia del sistema penitenciario estadounidense. Así lo ha podido corroborar EL PAÍS de acuerdo con registros de la Agencia Federal de Prisiones de Estados Unidos, donde el conocido capo purgaba una condena hasta 2056. El narcotraficante de nacionalidad mexicana y estadounidense había sido sentenciado en 2018 a más de 49 años de cárcel por cuatro delitos de narcotráfico y un cargo por lavado de dinero.
“No bajo custodia de la agencia de prisiones”, se lee en el buscador de reos del sistema penitenciario estadounidense. La Barbie estaba cumpliendo su condena en la prisión de máxima seguridad Coleman II, ubicada en el centro de Florida, a unos 70 kilómetros de la ciudad de Orlando, de acuerdo con documentos judiciales. Los abogados del capo, extraditado a Estados Unidos en septiembre de 2015, habían presentado una solicitud para revocar su sentencia, petición que fue desechada por un juez del Estado de Georgia en 2020. No existe otro documento público en el sumario del juicio contra Valdez Villarreal sobre una supuesta liberación, pero sí se han clasificado los últimos siete escritos legales sobre el caso.
Este periódico se ha puesto en contacto con portavoces de la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Relaciones Exteriores, que han dicho que no estaban enterados de la situación jurídica de La Barbie. La Embajada de EE UU en México aún no ha respondido a una solicitud de comentarios.
Los primeros cargos presentados contra Valdez Villarreal en Estados Unidos se remontan a 2001, cuando fue acusado de dos delitos relacionados con la distribución de cocaína. En 2005 fue acusado de lavado de dinero y un año más tarde fue imputado de dos cargos adicionales sobre tráfico de cocaína. No fue hasta casi una década más tarde que se sentaría en el banquillo de los acusados. Además de la sentencia, el juez le impuso una multa de 192 millones de dólares por el blanqueo de capitales
Valdez Villareal, nacido en Laredo (Texas) en 1973, fue uno de los integrantes de mayor rango dentro del cartel de los hermanos Beltrán Leyva, antiguos aliados y después enemigos del Cartel de Sinaloa, de Joaquín El Chapo Guzmán. Washington lo reseña como el lugarteniente y sicario de más alta confianza de Arturo Beltrán Leyva y asegura que se encargaba de recolectar los ingresos de los jefes de plaza que pertenecían a esa organización criminal, así como de intimidar y asesinar a narcotraficantes rivales. La DEA lo señala de estar detrás de una cruenta guerra por el territorio entre las bandas criminales en la primera década de los años 2000. Fue detenido en agosto de 2010 por las autoridades mexicanas, en uno de las capturas más celebradas por el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012).
La incógnita sobre el paradero de La Barbie abre un abanico de posibilidades en torno a dónde se encuentra. Una de ellas es que haya llegado a un acuerdo como testigo colaborador con las autoridades estadounidenses y que se le haya asignado una nueva identidad para proteger su seguridad. Otra opción es que un potencial acuerdo con las autoridades estadounidenses le hayan permitido tener una reducción de sentencia u otros beneficios a cambio de cooperar. Hay registros judiciales de que el capo ha colaborado con la DEA y otras agencias gubernamentales para purgar una sentencia menor. Por otro lado, al tener pasaporte estadounidense, Valdez Villarreal no puede ser deportado a México. A la espera de conocer la versión oficial sobre dónde se encuentra el capo, las hipótesis caen en el terreno de las especulaciones.
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