Guerra entre Ucrania y Rusia: últimas noticias en directo | Putin advierte que la invasión puede ser “un proceso largo” | Internacional

Putin reconoce que la guerra en Ucrania puede ser un “proceso largo”

Por Javier G. Cuesta, desde Moscú. La guerra de Ucrania dura ya casi diez meses, pero el presidente ruso, Vladímir Putin, ha advertido de que podría alargarse aún más en el tiempo. “La operación militar especial puede ser un proceso largo, pero la aparición de nuevos territorios es significativa para Rusia. El Mar de Azov se ha convertido en un mar interior”, ha afirmado el mandatario durante un encuentro con su consejo presidencial para los derechos humanos.

Entre rumores de una nueva movilización, el Kremlin considera suficiente el reclutamiento forzoso que decretó en septiembre y “hablar de cualquier movilización adicional simplemente no tiene sentido”. Según Putin, de los 300.000 civiles movilizados oficialmente, 150.000 ya se encuentran en Ucrania, de los que 77.000 combaten en el frente y el resto se encuentra “en segunda y tercera línea para desempeñar funciones de defensa territorial o entrenar”.

Putin ha evitado valorar la situación en la que se encuentran los rusos que han abandonado el país para evitar ser movilizados, y ha reconocido que algunas tropas han huido del campo de batalla, aunque ha subrayado que “son cada vez menos”. Asimismo, ha calificado de “tontería” las afirmaciones de que existen campos de detención para desertores. 

Uno de los problemas que afronta Rusia es el aumento del número de bajas. Putin ha exigido “un enfoque más serio” sobre este problema y ha afirmado que “será necesario en un futuro muy próximo establecer un sistema de rehabilitación para los heridos”, y ha instruido a aumentar la atención a los que reciban alguna discapacidad. “Necesitamos mejorar el equipamiento (médico) y necesitamos proporcionar medicamentos”, ha subrayado el mandatario.

Por otro lado, Putin ha justificado el cierre de numerosas ONG desde que comenzó la guerra al asegurar a su público que las organizaciones defensoras de derechos humanos occidentales “son instrumentos para influir en la política interna de Rusia”. Estos meses, el Kremlin ha cerrado las oficinas de Human Rights Watch y Amnistía Internacional, además de otras organizaciones rusas como el Centro de Derechos Humanos Memorial.

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