El jubilado ruso que denuncia la guerra en Ucrania a través del arte urbano
Durante 20 años, el jubilado ruso Vladímir Ovchinnikov se hizo famoso por sus murales sobre la represión de la era estalinista realizados en las calles de la pequeña ciudad de Borovsk, a unos 115 kilómetros al suroeste de Moscú. Poco más de un mes después de que Rusia invadiera Ucrania, Ovchchik cambió de sujeto para su nueva obra, un trabajo que puso en peligro su libertad: una niña con un vestido azul y amarillo, los colores de la bandera ucrania. Encima de su cabeza, el jubilado pintó una bomba a punto de caer. Debajo de ella, escribió en mayúsculas: “Stop”.
“La policía dijo que la obra desacreditaba a nuestro ejército”, recuerda Ovchinnikov, de 85 años, quien fue condenado a pagar una multa de 35.000 rublos (unos 520 euros) por este delito que conlleva una pena máxima de cinco años de prisión.
En respuesta, realizó una nueva obra en el mismo lugar: pintó la palabra bezumiye (locura en ruso), deletreada con una letra latina Z, que se ha convertido en un símbolo de la ofensiva rusa en Ucrania. La policía volvió a cancelar su trabajo. Y así siguió la guerra en las calles de este pueblo de 12.000 habitantes. El jubilado pintaba cada vez nuevas palabras, como vergüenza, fiasco y basta, siempre acompañadas por una Z latina. Y la policía lo cubría.
El abuelo de Ovchinnikov fue fusilado por los bolcheviques en 1919, mientras que su padre fue detenido durante las purgas de Stalin en 1937. “El tema de la represión política, el borrado de la memoria histórica, es lo mismo que está ocurriendo con Ucrania”, asegura el artista. (Reuters)
En la imagen, de Evgenia Novozhenina (Reuters), el jubilado ruso Vladímir Ovchinnikov realiza una pintada cerca de una oficina para promover el servicio militar voluntario en la localidad de Borovsk, en la región de Kaluga, en el oeste de Rusia, el 7 de diciembre.