Canadá renueva las sanciones que levantó para reparar las turbinas del gasoducto Nord Stream
El Gobierno de Canadá ha indicado este miércoles que revocará una exención de las sanciones impuestas a Rusia que permitía que las turbinas del gasoducto Nord Stream 1 fueran reparadas en Montreal. La tubería, que enviaba gas natural de Rusia a Alemania por el mar Báltico, fue destruida por un sabotaje en septiembre. Las investigaciones llevadas a cabo por Dinamarca y Suecia, en cuyas aguas fue saboteado, hallaron señales de explosiones, pero sin señalar a ningún posible autor.
La ministra de Exteriores canadiense, Melanie Joly, y el ministro de Recursos Naturales, Jonhathan Wilkinson, han anunciado la decisión, criticando la postura del presidente de Rusia, Vladimir Putin, a quien culpan de no querer “nunca que el Nord Stream vuelva a su completa operatividad”.
“Dado que Putin se ha visto obligado a demostrar que su intención nunca fue para devolver el pleno funcionamiento de Nord Stream 1, y que el propio gasoducto ha quedado inoperable, el Gobierno de Canadá ha decidido revocar la exención de sanciones por tiempo limitado que se concedió para permitir que las turbinas que se estaban reparando en las instalaciones de Siemens en Montreal se devolvieran a Alemania”, reza un comunicado conjunto.
Las autoridades canadienses han criticado que Moscú “buscó sembrar la división (en Occidente) alegando que se necesitaba una turbina en reparación”, para culpar a Canadá por la reducción de las exportaciones de gas natural. “Este verano, el régimen ruso y su brazo propagandístico intentaron explotar la inestabilidad que habían creado con su invasión ilegal de Ucrania para justificar una mayor desestabilización de la seguridad energética europea”, han acusado Joly y Wilkinson.
Rusia comenzó en junio a reducir el flujo de gas que llegaba a Alemania por el Nord Stream. Alegó que no podía bombear más porque una turbina de una estación de bombeo en territorio ruso estaba averiada y había sido enviada a Canadá para su reparación y que, debido a las sanciones impuestas, no podía recuperarla. Por ello, el Gobierno canadiense decidió esa exención sobre las sanciones y la turbina fue enviada a Alemania. Rusia, después, se negó a recibirla aduciendo de nuevo las sanciones occidentales. Alemania, y todo Occidente, denunció que se trataba de meras excusas para no suministrar gas a Europa.
De hecho, con la excusa de una nueva revisión de la instalación, cerró definitivamente el grifo del Nord Stream en agosto, alegando esta vez una fuga de aceite. Siemens dijo que esa supuesta avería no justificaba el cierre.
Ya en septiembre, se detectaron fugas de gas en los dos tubos del Nord Stream 1 y en uno del Nord Stream 2, que afloraban en la superficie del mar Báltico, en aguas de Dinamarca y Suecia. Se sospechaba, y se confirmó tras una investigación, que los tubos fueron destruidos con explosivos y que su arreglo era casi imposible. Rusia culpó primero a EE UU, alegando que era el máximo beneficiario, y luego a Reino Unido. Occidente siempre creyó que Moscú estaba detrás de los sabotajes que han dejado inutilizada la principal vía de llegada del gas ruso a Europa.