Series que se cancelan | Televisión

No deja de sorprenderme la cantidad de tiempo libre que tiene la gente. Hay personas que, semana tras semana, ruegan que les recomiendes alguna serie. A veces se llaman a sí mismos seriéfilos, y a veces no se llaman de ninguna manera en absoluto, y solo quieren matar el tiempo que separa el día de hoy del día de su muerte.

Según el diario Las Provincias, en España en junio de 2022 había disponibles 4.382 series en plataformas. Hoy, a finales de enero de 2023, serán unas cincuenta más (como poco). Vivimos una feliz burbuja del audiovisual que algún día explotará. Echaremos de menos estos tiempos de bulimia televisiva.

De unos meses a esta parte los espectadores vemos cómo las series que nos ilusionan son canceladas sin haber tenido un digno final. Como si todas las series no cerraran con un momento de misterio por si acaso (conocido como cliffhanger) por si la cosa funcionase, y como si no fuera costumbre del sector, desde tiempos inmemoriales, exprimir la naranja hasta la última gota, hasta machacar la pulpa. Como si Perdidos no hubiera sido una estafa con un final solo comparable a Los Serrano; aunque en Los Serrano al menos fueron honestos con ese final.

Las series canceladas sin un final son el principio del final de esta edad dorada. La gente que tiene tanto tiempo libre para ver series irá tornando su sonrisa en decepción cuando, por mandato de un ramillete de engominados con un MBA, empiece a ver desfilar por su pantalla series completamente homogéneas en temática, guion, reparto, ambientación. El mercado de las plataformas está tocando techo.

Ya tienen nuestras métricas, nuestro big data. Las series canceladas son el principio.

Las series canceladas son el principio. Disfruten mientras puedan y no se atraganten, que en la vida se pueden hacer muchas cosas aparte de ver la tele.

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