Controlado en Ávila el primer incendio de la temporada entre críticas de los bomberos por la escasez de medios | España

La noche fría, la nieve matinal y los vientos suaves se han unido a la labor de los bomberos para controlar el primer incendio relevante de 2023, que ha quemado más de 100 hectáreas en Guisando (Ávila). El fuego comenzó este lunes y fue agitado por las intensas ráfagas en unos pinares de difícil acceso al sur de la provincia abulense, de modo que los medios aéreos apenas pudieron intervenir. Las brigadas de Castilla y León han denunciado que la escasez de medios autonómicos ha dificultado sus labores y que ha sido mayoritaria la presencia de recursos humanos y materiales del ministerio de Transición Ecológica que de la Junta.

El incendio se mantuvo en nivel 0 de 3 niveles de peligrosidad pese a las críticas de las asociaciones de bomberos y solo subió a nivel 1 por la noche “por previsión de más de 12 horas para su extinción y posible afectación a más de 30 hectáreas arboladas”, según el área de Naturaleza de la Junta de Castilla y León. La catalogación ha pasado de nuevo a 0 durante la mañana de este martes, según ha informado el delegado territorial de la Junta en Ávila, José Francisco Hernández, que ha agradecido la “profesionalidad del operativo ante un incendio difícil de controlar y en unas condiciones de excepcional orografía, mucho viento y bajas temperaturas”, llegándose a varios grados bajo cero y a ráfagas de hasta 60 kilómetros por hora. Tanto Hernández como los bomberos no conocen todavía las causas del fuego y han precisado que pese a las lluvias previas y a que suene extraño ver humo y llamas en invierno, las “intensas heladas” secan mucho la vegetación y propician que se convierta en “combustible” para las chispas. Los brigadistas insisten recurrentemente en que la escasez de trabajos preventivos impide cuidar los montes para que no ocurran estas situaciones en cualquier época del año, más aún en una zona de gran valor paisajístico e histórico. En esta zona, concretamente en el cerro de Guisando, se firmó en 1468 el tratado de los Toros de Guisando, donde se rubricó que Enrique IV reconociera como heredera al trono a su medio hermana, la posterior Isabel I de Castilla.

Las estimaciones de los bomberos apuntan a que se han superado las 100 hectáreas afectadas. El colectivo de extinción critica que “la respuesta” autonómica contra las llamas se situó “en torno al 5%” de lo que habría supuesto si el fuego se hubiera producido en verano, pues la comunidad no tiene un servicio anual completo contra los incendios, sino para labores de prevención o colaboración en inundaciones o nevadas. “El problema es que no ha habido nadie atendiéndolo”, lamentan, hasta que las condiciones meteorológicas han ayudado a perimetrarlo, mientras los bomberos hacen trabajos como cavar o retirar vegetación para contener nuevos focos. “Es una vergüenza que haya más medios nacionales que de Castilla y León”, critican estos profesionales, que han recibido el apoyo de las brigadas estatales de Iglesuela y Puerto el Pico.

Castilla y León es la región que más superficie afectada por las llamas tuvo el año pasado en toda Europa, con casi 100.000 hectáreas, casi un tercio de la superficie afectada en toda España. Tras la catástrofe de 2022, particularmente en Zamora, con 60.000 hectáreas arrasadas y cuatro muertes, la Junta ha acordado un nuevo plan de inversión para aumentar los fondos de contrataciones y medios. El Ejecutivo autonómico, dirigido en coalición entre PP y Vox, aprobó un aumento del presupuesto de 65 millones anuales a 88 en 2023 hasta alcanzar los 126 en 2025. Los profesionales han censurado que ni se han producido nuevas altas ni hay un plan preventivo estos meses fríos pese a la consigna de “los incendios se apagan en invierno” gracias a las labores de acondicionamiento de los bosques y que critican que no se están haciendo.

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