El presidente colombiano Gustavo Petro se reunió con sus más cercanos en la Casa de Nariño la tarde de este jueves para atender las denuncias que ha habido sobre acoso y violencia sexual en el Congreso de Colombia. En un comunicado de Presidencia, Petro anuncia que ha “solicitado una investigación interna sobre los hechos ocurridos en el Congreso de la República, tanto en la legislatura actual como en las anteriores”. Esa investigación estará a cargo de la senadora María José Pizarro, quien podrá crear una comisión accidental especial para la investigación. Los presidentes del Senado y Cámara de Representantes, Roy Barreras y David Racero, deben darle todo el apoyo posible para la investigación interna.
“Los resultados de la investigación serán puestos a disposición de la opinión pública, de los medios de comunicación y de las autoridades competentes, si a ello hubiese lugar”, dice el comunicado de presidencia. “Se llegará hasta sus últimas consecuencias, preservando el derecho al honor y la presunción de inocencia, pero investigando todas las denuncias que se reciban”, añade.
El comunicado no menciona directamente a uno de sus aliados más cercanos, el exsenador y hoy secretario de la presidencia, Mauricio Lizcano. Este miércoles fue acusado por una mujer, en El PAÍS, de acoso sexual. De acuerdo a su relato, cuando ella buscó empleo en el capitolio, él intentó besarla a la fuerza durante una entrevista de trabajo. Cuando ella se negó, le dijo: “Si quiere el trabajo, esta es la manera”. Lizcano ha respondido a este diario que la información es falsa e invita a esta mujer a que haga la denuncia formal para que haya una investigación pertinente.
Lizcano ha sido el único excongresista señalado con nombre propio, pero las denuncias de acoso sexual vienen creciendo desde enero. Empezaron cuando el exsenador Gustavo Bolívar dijo que había una red de explotación sexual en el Congreso—de acuerdo a cuatro mujeres que fueron a contarle su testimonio, según contó Bolívar a la revista Semana. “Para poderlas esclavizar sexualmente, les hacían contratos de dos o tres meses”, contó. El contrato solo se renovaba si ellas accedían a los actos sexuales. Después de eso hubo otros casos anónimos revelados lentamente por la revista Semana, la columnista Ana Bejarano, y la experiodista del Congreso Maritza Aristizábal—pero aún ninguno con nombre propio.
Presidencia anuncia también que impulsará un protocolo en el gobierno para defender “los derechos de las mujeres y en contra de cualquier caso de acoso, abuso o violencia en su contra”.
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