Podemos e Izquierda Unida han pisado el acelerador en las últimas semanas para cerrar acuerdos electorales de cara a las municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. A tres meses de esos comicios, y después de las tensiones desatadas por el proceso en Andalucía y las discrepancias en torno al proyecto de la vicepresidenta Yolanda Díaz para las generales, los dos partidos han aparcado sus diferencias y concurrirán juntos en al menos ocho de las 12 comunidades en juego. En cuatro de ellas (Navarra, Canarias, Murcia y Cantabria), la papeleta para ambos será, por primera vez, la misma. Salvo excepciones, sin embargo, el “frente amplio” por el que abogaban las principales fuerzas de Unidas Podemos tendrá que esperar y Más Madrid o Compromís han priorizado candidaturas independientes. Aunque el papel de Díaz está aún por concretar y la titular de Trabajo se resiste a tener un papel protagonista en estos comicios, los pactos de las izquierdas en determinadas plazas allanan el camino para su participación en campaña.
Este miércoles, Podemos e IU anunciaron la reedición del acuerdo para autonómicas y municipales en Castilla-La Mancha. El pacto incluye a las ecologistas Equo y Alianza Verde —esta última integrada también en las alianzas de un buen número de comunidades— y continúan aún las conversaciones para concretar la coalición en la Comunidad Valenciana (varias fuentes lo dan por hecho) y La Rioja. En este segundo caso, las dos organizaciones cerraron un preacuerdo en el último trimestre de 2022 que daba la cabeza de lista a IU, pero sigue sin ratificarse. En una entrevista esta semana a TVR, la cadena autonómica, la candidata de Izquierda Unida, Henar Morero, responsabilizaba a la dirección estatal de Podemos de no haber concretado el pacto y calificaba de “error” su postura al estar generando “ruido e incertidumbre”. “Más que bloquear, está posponiendo”, explicaba. “Quieren cerrar [primero] todos los sitios en los que ellos van a encabezar”, interpretaba la diputada.
La coalición semeja más complicada en Asturias y Aragón, dos comunidades en las que históricamente Podemos e IU han ido por separado. En el primer caso, la organización que lidera en el Principado Sofía Castañón se encuentra dividida en dos —lo que dificulta la interlocución— y la unidad en torno a la candidatura autonómica de Covadonga Tomé, crítica con la ejecutiva actual, no parece que vaya a prosperar.
Además del pacto de esta semana en Castilla-La Mancha, hasta ahora se han materializado confluencias para autonómicas y municipales en Navarra (ahí también con Batzarre e Independientes), Madrid, Murcia, Extremadura, Baleares, Cantabria y Canarias (seis de las cuales se cerraron desde mediados de enero), además de acuerdos para municipales en Cataluña y País Vasco. En Canarias, los partidos negociaron durante meses en una mesa a cinco bandas, pero la irrupción de Proyecto Drago, la plataforma del ex número tres de Podemos Alberto Rodríguez y su inclusión en el Acuerdo del Turia, la alianza de partidos que promueve Íñigo Errejón, alteró las conversaciones. Finalmente, Podemos, IU y Sí se Puede concurrirán juntos el 28-M, mientras que los de Rodríguez lo harán al menos con Verdes Equo Canarias, Ahora Canarias y Los Verdes Canarias. En Murcia o Extremadura, el acuerdo entre las dos formaciones contemplaba la incorporación de otras fuerzas como Alianza Verde (ya concretada) o Más País (con quien IU ha mantenido conversaciones durante meses).
Frente a la crisis desatada en la segunda mitad del año pasado a raíz de los comicios andaluces —en los que la formación de la ministra Ione Belarra apuró tanto los plazos que acabó fuera del registro de la confluencia de izquierdas—, el pragmatismo se ha impuesto ahora en las negociaciones. Podemos se juega revalidar su presencia en hasta seis ejecutivos autonómicos (Navarra, La Rioja, Comunidad Valenciana, Baleares y Canarias) y después del retroceso en las urnas de 2019 (el partido quedó fuera de los parlamentos de Castilla-La Mancha y Cantabria y a excepción de Barcelona y Cádiz perdió todas las “ciudades del cambio”), el riesgo de desaparición emerge en territorios como la Comunidad de Madrid, donde la organización de Mónica García está fuerte y una mayor fragmentación del voto entre Podemos e IU, a priori, no ayuda.
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Las fórmulas de confluencia amplia que incluyan a Más Madrid o Compromís son una excepción. Hasta el momento, se conversa en el Ayuntamiento de Rivas, del mismo modo que en Valencia, el partido que lidera en las autonómicas el diputado Joan Baldoví se ha abierto a candidaturas conjuntas en municipios como Gandía, Torrevieja y Orihuela.
En los casos de Andalucía, Galicia y Castilla y León, que solo celebran municipales, no hay un acuerdo global cerrado. En ciudades como Jaén, Córdoba y Sevilla, Podemos e IU irán juntos. Las conversaciones siguen en marcha y podrían sumarse otras capitales. De esos acuerdos se desmarcó a comienzos de mes Más País y su participación en esos comicios aún está por concretar. En Galicia, tierra de Yolanda Díaz, tampoco hay nada definitivo, pero el panorama es complejo y varía de ciudad a ciudad. La relación con Anova difiere y el BNG se ha fortalecido. Por ahora, el acuerdo entre Podemos y Esquerda Unida está cerrado solo en A Coruña, pero Marea Atlántica presentará su propia papeleta.
“Podemos lleva desde el principio trabajando y apostando por asegurar la unidad a todos los niveles. Nuestro proyecto es desde el inicio un proyecto para aunar al máximo de actores políticos posible, prueba de ello ha sido Unidas Podemos, la mesa confederal y todas las alianzas en los distintos comicios”, revindican ahora fuentes de la dirección de Belarra. Para el partido estos comicios son “prioritarios” y se emplazan a seguir trabajando “con discreción” para sumar nuevos acuerdos. Desde IU, el responsable federal de Organización, Ismael González, se muestra “satisfecho” con los pactos alcanzados y las expectativas de los que aún están en marcha. “La ciudadanía va a disponer de candidaturas de la izquierda transformadora perfectamente reconocibles a las que dar su apoyo en la primera cita de este año tan complejo electoralmente”, señala en relación también a las generales previstas a final de año. Para esa cita, la vicepresidenta busca construir una coalición de hasta 15 partidos que aglutine a todo el espacio a la izquierda del PSOE. Mientras, la presencia de Díaz en los comicios de mayo es una de las incógnitas principales. Hace tiempo que la titular de Trabajo declaró su intención de estar presente solo en aquellos territorios donde hubiera unidad, como Cataluña, aunque también felicitó el pacto en Navarra durante la gira de Sumar y la dirección de Podemos ya le ha pedido que se implique en campaña. El partido teme, además, que un mal resultado en estos comicios sirva para debilitar su representación en las futuras listas de la plataforma. Por el momento, todo está en el aire.
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