El Gobierno, desconcertado con la mirada al mundo del Partido Popular | España

El Gobierno está desconcertado e indignado con la posición del PP sobre la política exterior española. Los populares, a pesar de las rectificaciones o precisiones posteriores —nada eficaces si el objetivo era desdecirse de lo que se había interpretado—, ha puesto en entredicho el papel del Ejecutivo en la Cumbre Iberoamericana y ha aplaudido a Francia frente a España en relación con las respectivas reformas del modelo de pensiones. Eso a pesar de que el país vecino vive días de emergencia nacional por la violencia y los disturbios que han estallado en las calles. El Gobierno de Pedro Sánchez trata de encontrar razones para comprender la estrategia de Alberto Núñez Feijóo, pero no las encuentra.

En el PP mantienen intacto su objetivo de llegar al electorado de centro o incluso centroizquierda y hacerse con votantes enojados con el PSOE. Pero los socialistas ponen muy en duda que eso pueda ocurrir si la línea de oposición incluye, con trazos gruesos, denostar al Gobierno en Bruselas por el uso y canalización de los fondos europeos y por las reformas legales, entre ellas la de las pensiones.

La crítica de Feijóo al Gobierno de Pedro Sánchez por la reforma de las pensiones, una vez pactada esta con la Comisión Europea, fue la primera alerta que sonó en La Moncloa cuando el presidente estaba de camino a la capital de la República Dominicana para participar en la XXVIII Cumbre Iberoamericana. Al tiempo, el líder del PP participaba en Madrid en un encuentro con latinoamericanos con el lema Europa es Hispania. No es habitual en España, sí en otros países europeos y en EE UU, celebrar actos por nacionalidad de nacimiento. El PP hace tiempo que se inclina por esa segmentación de origen y el trato directo con pastores de iglesias evangélicas. Lo cierto es que Feijóo, ante ese auditorio, reprochó al presidente del Gobierno que rindiera “pleitesía a autócratas”. “Irresponsable, ignorante y poco informado”: fue la respuesta de Sánchez en su comparecencia del mismo sábado en Santo Domingo. En estas cumbres el jefe del Estado de España, antes Juan Carlos I y ahora Felipe VI, es una figura de gran respeto para los mandatarios latinoamericanos, a pesar de su diversidad ideológica. El rey español jamás falta a las tomas de posesión de los gobernantes de esos países.

No ha querido Feijóo poner en cuestión la presencia de España en la cumbre de Santo Domingo, se apresuró a señalar el responsable de Asuntos Internacionales del PP, el eurodiputado Esteban González Pons. Lo que quiso decir, aseguró Pons, es que Pedro Sánchez “rinde pleitesía a autócratas a los que muestra condescendencia”. Con estas acusaciones, el PP remachó el clavo del estupor del Gobierno. Y este domingo el presidente del PP, en otro acto, insistió en que La Moncloa le manipula. No hubo tregua sino que las acusaciones subieron hasta donde no alcanza la vista. “Tienen un déficit democrático tan alto que quieren destruir a la oposición, que no haya oposición en un régimen democrático”, clamó. Quizá la ausencia absoluta de diálogo entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo —cortada por el presidente del Gobierno después de la negativa del segundo a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), aunque nunca hubo interés en esa relación— puede servir a Feijóo de justificación de que no conoce la acción del Ejecutivo.

El Gobierno ha abierto la puerta a España a 90.000 venezolanos, entre ellos a figuras relevantes de la oposición a Nicolás Maduro, como Leopoldo López y toda su familia, y ofrece la nacionalidad española a todos los nicaragüenses que han sido despojados de ella por Daniel Ortega. Ni este ni Maduro han acudido a la cumbre de Santo Domingo. Sí está el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel. Las relaciones con los mandatarios cubanos siempre se han mantenido, con picos de fuertes desencuentros, tanto con el PP como con el PSOE. No ha aclarado González Pons a qué presidentes se refería cuando el sábado hizo este aviso: “El domingo veremos en la prensa una foto de Sánchez con un par de dictadores y otra, de Feijóo, Díaz Ayuso y Almeida, con los amantes e hijos de la libertad”. Se refería al acto en Madrid con un millar de iberoamericanos en el que pastores de iglesias cristianas pidieron a Dios por el presidente del PP, la presidenta de la Comunidad de Madrid y el alcalde de la capital. La mayoría de las fotografías de Sánchez de estos días son con el Rey y el resto de los presidentes de la cumbre. El Gobierno quiere creer que la expansión del PP al centro, con estos mimbres, será mínima o no se producirá.

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