Confusión de confusiones en el centro de México, tras la desaparición de 23 personas este martes, cuando se trasladaban en dos camionetas de Guanajuato a Coahuila. El grupo desapareció en el norte de San Luis Potosí, según ha informado la empresa que les rentó los vehículos. En entrevistas con varios medios, sus responsables han señalado que la persona con la que habían acordado el alquiler, les llamó para decirles que estaban secuestrados y que pedían un pago por liberarlos. El miércoles, la Fiscalía de San Luis Potosí informó del rescate de 16 personas en la zona donde se había denunciado la desaparición de los 23, señalando que eran parte del mismo grupo. Más tarde, la dependencia informó de que se trataba de hechos distintos.
La desaparición de los 23 ocurre en una zona, el norte de San Luis Potosí, que hace tiempo no destacaba por la violencia o la inseguridad. Ha aparecido en los mapas del crimen en el pasado, sobre todo en los últimos años del sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), en plena ofensiva del Ejército contra los grupos criminales, y por la batalla entre las dos redes delictivas presentas en la zona en la época, el Cartel del Golfo y Los Zetas. Pero lo de ahora sorprende, primero por el lugar donde ocurrió y luego por la ausencia mediática de sus familiares, que hasta ahora no han hecho ruido para localizar a los suyos.
En entrevista con el diario Reforma, el responsable de la empresa, Adrián González, dijo que el grupo salió de San Felipe, en Guanajuato, a eso de las 22.00 del lunes. A las 4:00 del martes el hombre se dio cuenta, por el GPS, de que las dos camionetas, que manejaban conductores de la compañía, se detuvieron cerca de Matehuala, en San Luis Potosí. En las horas siguientes, él y su hermano recibieron llamadas de uno de los 23, la persona que se había encargado de contratar el transporte. Les dijo que los habían secuestrado y que pedían 60.000 pesos por cada uno. A ellos les pareció raro tanta llamada -las comunicaciones siguieron hasta el miércoles- de alguien que estaba supuestamente secuestrado.
Sea como fuera, González denunció los hechos ante la Fiscalía de Guanajuato. El miércoles, la Secretaria General de Gobierno, Libia Dennise, se hizo cargo del caso. Publicó un mensaje en su cuenta de Twitter, en que dijo: “Desde el día de ayer nos encontramos en coordinación con autoridades de San Luis Potosí y mantendremos una estrecha colaboración hasta que podamos localizarlos”. A la vez, la Fiscalía de San Luis anunciaba el rescate de 16 personas que había encontrado deambulando por una carretera en Matehuala. Los investigadores hicieron la conexión y dieron por resuelto el caso, al menos de manera parcial.
La situación cambió con el paso de las horas, cuando en San Luis se dieron cuenta de que una cosa no tenía que ver con la otra. Las 16 personas que habían aparecido en una carretera en Matehuala venían del Estado de México. Viajaban en camionetas similares, de ahí la confusión, y había sido interceptados por un grupo criminal. Les robaron y les dejaron allí. Pero los 23, al parecer todos hombres, según ha informado el periódico AM, de León, en Guanajuato, siguen sin aparecer.
De madrugada, la Secretaría de Seguridad Pública de Guanajuato anunció el envío de dos helicópteros a San Luis Potosí, para apoyar en las labores de búsqueda. Los aparatos van equipados con equipo infrarrojo para poder detectar a personas en la oscuridad. La desaparición de los 23 ocurre en pleno parón vacacional en México y apenas ha tenido repercusión.
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