Decía Lucas Robertone en los días previos a este partido, crucial para definir qué tres equipos tienen que salir de la Liga, que el Valencia, al contrario que el Almería, que es vecino de los bajos fondos, no está acostumbrado a esta situación angustiosa que es vivir semana tras semana asomado al abismo. El argentino del Almería sabía de qué hablaba: en cada pase del equipo valenciano, históricamente un buen cliente de la Champions, solo un ejercicio en Segunda, se sentía la gravedad, el peso de la responsabilidad. Mientras que el Almería cedía el dominio, desacomplejado, con la esperanza de que saliera su número en la lotería de los contragolpes.
2
Fernando Martínez, Rodrigo Ely, Srdan Babic, Chumi, Arnau Martínez (Pozo, min. 65), Samuel Costa, Lucas Robertone (Eguaras, min. 93), Álex Centelles, Gonzalo Melero (César De la Hoz, min. 78), Leo Baptistao (Ramazani, min. 78) y Luis Suárez (Kaiky, min. 92)
1
Mamardashvili, Foulquier, Gayá, Cenk Özkacar, Mouctar Diakhaby, Andre Almeida, Nico González (Hugo Guillamón, min. 49), Samu Castillejo (Cavani, min. 73), Samuel Lino (Yunus Musah, min. 73), Hugo Duro y Justin Kluivert (Francisco Martinez, min. 41)
Goles 1-0 min. 48: Gonzalo Melero. 2-0 min. 58: Srdan Babic. 2-1 min. 60: Samu Castillejo.
Árbitro José María Sánchez Martínez
Tarjetas amarillas Foulquier (min. 6), Chumi (min. 19), Luis Suárez (min. 22), Lucas Robertone (min. 42) y Francisco Martinez (min. 86)
Eso sucedió nada más empezar la segunda mitad, con un gol de Melero que dejó aturdido al equipo de Rubén Baraja. El entrenador, de repente, descubrió que había dejado mellada su delantera al dejar en el banquillo a Cavani en beneficio de Hugo Duro, un delantero del que se valora más su capacidad combativa que su olfato. Este criterio y la lesión de Kluivert, uno de los pocos valencianistas que enfilaba el área rival ajeno a los miedos que llevan colgados del cuello sus compañeros, dejó desconcertado al Valencia.
El acierto del Almería parecía desnudar al Valencia, que sacó a relucir todos sus complejos. El equipo de Rubi se creció, vio al Valencia boqueando y se fue de frente a por su oponente. Solo tres minutos más tarde, en una de las especialidades de la casa, la salida de un córner, Babic marcó de cabeza el 2-0.
Estos dos goles de diferencia, con el Almería saliendo del puesto de descenso con el que llegó a este partido y encajando al Valencia en su lugar, pareció convencer a los del Pipo Baraja de que ya no había nada que perder. El descaro tuvo su premio a la hora de partido, con un gol de Samu Castillejo que acababa con la terrible maldición de su equipo, que llevaba todo 2023 sin haber marcado lejos de Mestalla.
Baraja ha decidido calzar al Valencia con ruedas de tractor para este tramo tan árido de cinco partidos contra rivales directos en la carrera por escapar del descenso. Quizá porque, como dice Robertone, los de Mestalla no saben cómo gestionar este trance. El Almería conoce cada centímetro de sus defectos y entre ellos, al menos en esta tarde que debió parecerle primaveral, no está el de la impaciencia. Esta formación no se precipita, no pierde el sitio y cree en su modelo. No son argumentos deslumbrantes, pero pueden darle la salvación.
El Valencia, para quien siempre es invierno, un invierno plomizo, puso sobre el tapete más casta que clase y en el tramo final, un pase milimétrico de Gayá puso el balón en la cabeza de Hugo Duro para que llenara de razón a Baraja, pero su remate se fue alto y con él las esperanzas del Valencia, que no solo perdió el partido sino también el coeficiente de goles (estos dos equipos empataron en Mestalla).
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.