Más controles en las aduanas para reducir el tráfico de fentanilo. Ese ha sido el acuerdo alcanzado este jueves por México, Estados Unidos y Canadá en la cumbre de seguridad celebrada en Washington. La delegación mexicana se comprometió a reforzar las puertas de entrada a los precursores químicos tanto por mar como por tierra. Más vigilancia del Ejército en las aduanas y hasta la creación de una unidad especial de la Fiscalía dedicada específicamente a investigar el tráfico de drogas sintéticas. “El objetivo principal es reducir drásticamente el flujo de precursores químicos a México y EE UU y que facilitan que se produzca el fentanilo”, anunció el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, al salir de la reunión.
El encuentro en la Casa Blanca culmina varias semanas de tensión provocada por los ataques del ala radical del partido Republicano que, en medio de una grave crisis de salud pública en su país y con el horizonte puesto ya en la campaña electoral del año que viene, ha colocado a la potente droga sintética en el centro de su estrategia de confrontación con México.
Además del fentanilo, la segunda pata de la cumbre ha sido el tráfico de armas, un asunto marcado en rojo en la agenda mexicana y con más espacio, al menos sobre el papel, en el nuevo marco binacional de seguridad, el llamado Entendimiento Bicentenario. Ambos países se comprometieron a crear un grupo especial en los puntos más que calientes de la frontera para monitorizar semanalmente la entrada de armas desde el norte. “Esto ya se ha discutido mucho con Estados Unidos, pero ahora se les propuso una medida muy específica y dijeron que sí”, subrayó Ebrard.
Hace tres años que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador entregó la gestión de los puertos y las aduanas al Ejército. La decisión, enmarcada su política de combate a la corrupción, ya se justificó entonces por el aumento del comercio ilegal de los precursores sintéticos a los puertos del Pacífico mexicano. “Se va a aumentar a 287 los equipos de la Secretaría de la Defensa Nacional para la supervisión de aduanas terrestres, a fin de evitar el desarrollo de actividades ilícitas, el tráfico ilegal de armas y de drogas sintéticas. Y se van a duplicar las supervisiones exhaustivas de contenedores con sustancias químicas por parte de la Secretaría de la Marina y Cofrepris en los puertos marítimos”, apunta el comunicado de la Secretaría de Seguridad.
Liderada por la asesora del presidente Joe Biden en materia de Seguridad, Elizabeth Sherwood-Randall, y por el fiscal general Marrick Garland, la delegación mexicana también estuvo compuesta por los primeros espadas del ramo de seguridad. Además del canciller Marcelo Ebrard, estuvieron presentes los secretarios de la Defensa, la Marina, la secretaria de Seguridad, el titular de Centro Nacional de Inteligencia y hasta el fiscal general de República, Alejandro Gertz. Su dependencia se comprometió a crear una unidad especial. “Esto permitirá contar con mayor información de inteligencia criminal respecto de nuevas drogas sintéticas, agrupaciones criminales, modos de ocultamiento, embalajes, sellos, así como presentaciones físicas de sustancias y precursores químicos utilizados en la elaboración de fentanilo y metanfetamina”, detalla el comunicado.
México aprovechó la cumbre para presentar de nuevo sus resultados sobre incautaciones y decomisos de drogas sintéticas En lo que va del sexenio, de diciembre de 2019 a marzo de 2023, las autoridades mexicanas han asegurado 6.115 kilos de fentanilo, lo que supone un aumento de más del 1.000% con respecto al Gobierno anterior. López Obrador suele sacar pecho de estas cifras, pese a que el consumo ha ido aumentando exponencialmente en los últimos años, como respuesta a los ataques del lado republicano, que poco menos que culpan a México de orquestar una conspiración para extender la epidemia de fentanilo que mata cada año a decenas de miles de estadounidenses.
La tensión de las últimas semanas ha alcanzado incluso a China, país del que provienen la mayoría de los precursores necesarios para la fabricación del potente opioide sintético. López Obrador, que ha activado toda la maquinaria disponible para contrarrestar la campaña de los republicanos, anunció la semana pasada en una de sus conferencias matutinas que le había enviado una carta al presidente chino en el que le solicita la colaboración e información para detener el tráfico del fentanilo.
Los argumentos del Gobierno mexicano se concentran además en insistir en que el compuesto esencial de la droga proviene de Asia, que el 86% de los encarcelados por el tráfico del estupefaciente en Estados Unidos son ciudadanos de allá y en las toneladas incautadas en México, así como de la destrucción de laboratorios clandestinos donde se procesa el opioide.
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