Así la fue la reunión privada de Ayuso y Almeida para purgar a los ‘casadistas’: “Tráete un borrador y lo miramos” | Elecciones en Madrid 28M

José Luis Martínez-Almeida se adentra en el edificio principal de la Puerta del Sol. Son las 11.15 del viernes. La presidenta Isabel Díaz Ayuso convoca al alcalde de Madrid en una sala del edificio de la presidencia de la Comunidad. Aquí les espera también Alfonso Serrano, el secretario general de los populares en la región y el brazo ejecutor de la mandataria madrileña para los asuntos internos. Serrano, con quien Almeida mantiene muy buena sintonía, había estado hablando unos días atrás con el alcalde:

―Tráete una propuesta el viernes y nosotros la ajustamos.

El encuentro de los tres pesos pesados del PP en Madrid no tenía nada que ver con los escollos municipales y regionales. Era, en realidad, el momento de soltar los nombres de compañeros encima de la mesa. Era, también, el día de cerrar la lista electoral de los populares al Ayuntamiento de la capital. O dicho de otra manera: la hora de ajustar algunas cuentas pendientes.

Durante las dos últimas semanas, el equipo más próximo que rodea al alcalde de la capital, además de su núcleo duro de confianza en el palacio de Cibeles, formado por la edil Inmaculada Sanz y el concejal Borja Carabante, —dos concejales que cuentan con despachos situados a pocas escaleras del de Almeida— habían guardado un escrupuloso silencio ante la prensa y, sobre todo, ante sus compañeros. Era una orden interna. Nada de filtraciones. Ellos fueron los primeros en ver el primer borrador de la lista del alcalde. El hermetismo se había instalado de lleno en el palacio de Cibeles.

Tanto, que según cuentan varios de los concejales del PP por teléfono, los 15 ediles apenas hablaban ya en el grupo de WhatsApp interno: “Los 15 magníficos”. El nerviosismo de muchos les hacía preguntar incluso al círculo de confianza del alcalde: “¿Vosotros sabéis algo?”. La respuesta, evidentemente, era siempre la misma:

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―Nada.

72 horas después de la reunión de Almeida y Ayuso, un edil del PP resume así el resultado final por teléfono: “Ese grupo de WhatsApp de los 15 magníficos ya es historia”. Sin embargo, para entender cómo se crea una lista del PP al Ayuntamiento de la capital de España hay que viajar cuatro semanas atrás. Según cuentan fuentes populares y altos cargos del Ayuntamiento, Almeida almorzó con un peso pesado del partido a finales de marzo en un restaurante de la capital. El alcalde quería saber cómo podía incorporar al mayor número de sus concejales “magníficos” en una negociación a dos bandas, más aún con el aliento de Ayuso en la nuca. A fin de cuentas y como resumen varios cargos del PP, Almeida no es un hombre que acostumbra a acudir a reuniones del partido. “Digamos que no se desenvuelve bien en batallas internas”, explica una voz con mucho peso en el PP madrileño. En aquella comida, el alto cargo popular le dio a Almeida un consejo clave que llevó a rajatabla a la reunión de Ayuso y Serrano en la Puerta del Sol:

—Mientras tu gente vaya en puestos de salida, olvídate de los números.

Almeida se presenta entonces el pasado viernes en la Puerta del Sol con esa frase entre ceja y ceja. Comienza la negociación. Pone su lista encima la mesa. Ayuso le recuerda que, de ahí, tiene que haber un porcentaje de renovación, porque ese había sido su mensaje interno unos días antes. La lista empieza a modificarse. Algunos ediles empiezan a ser desplazados. La presidenta y Serrano añaden también sus propios nombres a la lista del alcalde: Marta Rivera de la Cruz, exconsejera de Ciudadanos y hoy de Cultura, Turismo y Deportes en la región, y Carlos Izquierdo, consejero de Administración Local y digitalización.

Almeida acepta sin rechistar. Los consejeros, según un estrecho colaborador de la presidenta, también. Ayuso se levanta entonces de la reunión. Tiene un acto en el Paseo de la Castellana con una fundación. La negociación, eso sí, queda muy avanzada. De los “15 magníficos” de Almeida, 11 ya están en puestos de salida: del 1 al 20. Pero faltaba la segunda parte de la negociación. Del 20 al 30, y adelante. Una franja de filo de navaja. Solo las mejores encuestas publicadas hasta la fecha avanzan que Almeida lograría 26 y 27 concejales, al borde de la mayoría absoluta (29). Colocar ahí a un concejal implica estar al borde de la muerte en política.

Los fichajes de Ciudadanos

Serrano y Almeida alargan la reunión media hora más. Los fichajes de los dos concejales de Ciudadanos en el Ayuntamiento, Ángel Niño y José Aniorte, que desveló EL PAÍS el pasado 4 de abril, entran en los puestos 25 y 31, respectivamente. Aniorte se queda fuera de los puestos de salida. La lista baila. En el primer borrador y según apuntan fuentes populares, llegó a estar en el puesto 24.

“Al contrario que Niño”, resume un alto cargo del PP en la región, “él no supo negociar bien su puesto con el PP de la Comunidad”. O dicho de otra manera: con Ayuso. En la reunión, y a solas, Serrano y Almeida ya han perfilado la lista electoral casi al 90%. De los “15 magníficos” de Almeida, solo tres se han quedado fuera de los 30 primeros puestos. Aquí hay dos versiones. Unas fuentes dicen que es por petición expresa de Ayuso, que exigió que en las listas del PP al Ayuntamiento no tenía que haber ningún rastro de concejales que hubieran simpatizado con el expresidente Pablo Casado, y otras voces señalan que estos tres ediles han sido desplazados porque su labor en el Ayuntamiento durante estos cuatro años ha sido cuestionable. Son Blanca Pinedo, Francisco Javier Ramírez y Loreto Sordo.

Pasada la una de la tarde, Almeida sale al fin de la reunión con Serrano con solo una edil de los “15 magníficos” por colocar, Andrea Levy. Tanto Ayuso, Almeida como Serrano otorgan a Levy, que fue número dos en las listas de 2019, el privilegio de elegir si quiere ir a la Asamblea regional o continuar el Ayuntamiento. Levy, tras meditarlo este fin semana, ha optado por seguir en el Ayuntamiento con el puesto número 13. “No hacer nada a veces es hacer mucho”, cuenta ella misma por teléfono. “Esa frase de Rajoy es la que he aplicado estos días en casa para pensar mi futuro”, ironiza. Levy y el resto de los 14 concejales “magníficos” se enteran la tarde del viernes de que estaban en la lista por una llamada de Almeida pasadas las ocho de la tarde. Algunos, según señalan a EL PAÍS, así la conversación con el alcalde:

―Vas en la lista.

―¿En qué puesto voy?

―No, no te voy a decir el puesto.

La ansiedad por saber el número era tal que algunos, incluso, comenzaron a llamarse entre ellos. Necesitaban conocer el número. Sobre todo, si estaban por detrás o delante del número 30, la franja de la supervivencia política. Almeida solo concedió este privilegio a dos de ellos: los dos concejales de Ciudadanos que ha incorporado a sus listas. A Aniorte le dijo que su puesto era el 31, el viernes, y a Niño, el 25, el sábado. También el sábado, y sobre la bocina, Ayuso decide colocar a su consejero de Transportes, David Pérez, en la lista de Almeida, que acepta sin miramientos. Ayuso perpetraba su misión: borrar cualquier rastro de Pablo Casado en la Comunidad. Y, en todo caso, en el equipo del alcalde.

El regidor madrileño, eso sí, recuerda a los dos ediles de Ciudadanos que deben acudir a firmar su puesto en el PP en la sede nacional del partido, en la calle Génova, y antes del domingo. Es más, les recomienda expresamente que vayan el domingo por la mañana:

—Hacedme caso. Así evitáis la prensa.

Los nuevos fichajes del PP acuden juntos sobre las 10.15. No hay cámaras ni fotógrafos. Al llegar, según cuenta una fuente popular que estuvo presente, subieron a una sala de la primera planta. Aquí presentaron su DNI y firmaron su entrada en el PP. Su portazo a Begoña Villacís. Su adiós definitivo a Ciudadanos. Y un trabajador popular, al verles, les soltó:

—¡Mucha suerte, enhorabuena!

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