El cuerpo del activista ambiental y estudiante de Comunicación Abisaí Pérez Romero fue encontrado sin vida el pasado lunes en el municipio de Tula, en el Estado de Hidalgo. Las autoridades estatales defienden que el joven murió tras caerse “de su propia altura”, pero desde algunas asociaciones como Artículo 19 han denunciado que la muerte pudo deberse a un asesinato, y piden a las autoridades que investiguen el caso como un delito “contra la libertad de expresión”.
El joven colaboraba y difundía los impactos socioambientales causados por el Túnel Emisor Oriente —un proyecto creado para evitar inundaciones en el Valle de México— en su canal de Youtube, El Perromero, donde denunciaba los desbordamientos que provocó el proyecto en el río Tula en septiembre de 2021, donde murieron 15 personas. Además, compartía documentales en redes sociales, colaboró como reportero en el medio Son Politikón FM y participaba en el Atlas de Justicia Ambiental, una herramienta para crear redes entre activistas e investigadores para tratar los impactos de ambientales de algunas construcciones.
Desde Reporteros Sin Fronteras (RSF) han pedido que se investigue el caso “sin descartar motivos basados en la labor periodística” y afirman que el joven fue asesinado el día 12 de febrero, fecha en la que desapareció.
México se ha convertido en el más mortífero del mundo para la prensa, según el Comité para la Protección de los Periodistas. El país cerro el 2022 con 17 periodistas muertos por realizar su labor informativa: José Luis Gamboa, Margarito Martínez, Lourdes Maldonado, Roberto Toledo, Herber López, Jorge Luis Camero, Juan Carlos Muñiz, Armando Linares, Luis Enrique Ramírez, Yessenia Mollinedo, Sheila Johana García, Antonio de la Cruz, Ernesto Méndez, Juan Arjón, Fredid Román, Cándida Cristal y Pedro Kumul.
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