En México desean con veladora en mano que Checo Pérez se transforme en Nico Rosberg. El piloto alemán fue durante cuatro temporadas la sombra de Lewis Hamilton en Mercedes. Era una fraternidad y una amistad en Mercedes, donde Hamilton ganó dos títulos y Rosberg se limitaba a ser el escudero. En 2016 se rompió todo cuando Rosberg quiso dejar de ser visto como el número dos. Así que se dispuso a competir de manera feroz que, al final de la temporada, se coronó campeón. Una semana después de la hazaña, el alemán se retiró. Pérez, ya este año, elevó las expectativas cuando ganó con galones la segunda carrera en Arabia Saudí y mostraba un mayor entendimiento arriba del Red Bull en su tercer año. En el Gran Premio de Australia, el mexicano terminó en la quinta posición tras iniciar desde el fondo de la parrilla. Un buen resultado, aunque lastra sus aspiraciones de pelearle el título a Verstappen.
Pérez registró uno de los peores fines de semana con Red Bull al tener demasiados problemas para domar el coche. El auto se le iba en las primeras curvas del circuito de Albert Park en Melbourne en las pruebas libres. Perdió el control y las alertas saltaban en Red Bull. El piloto de Jalisco insistía a su ingeniero que tenía problemas con la estabilidad del auto, que tenía problemas para girar el volante. Lo impensable para el vigente campeón de constructores en la Fórmula 1. “Necesitamos solucionar este problema, hombre. ¡Es el mismo puto problema otra vez!”, criticó Pérez a través del radio. Eso obligó a que el mexicano arrancara desde la última posición este domingo australiano. Checo Pérez se dedicó a remontar posiciones para componer su actuación. Una serie de safety cars, dos banderas rojas le ayudaron a tener un buen impulso, así pudo llegar a la séptima posición y peleando por la vuelta rápida. A falta de dos vueltas, se relanzó la carrera. Ahí todos los pilotos salieron con el cuchillo entre los dientes. Las colisiones arrasaron y el mexicano cayó tres peldaños por esquivar a los Alpine. Los comisarios de la carrera decidieron, al final, un cuarto relanzamiento de carrera en el que todo terminó con un favorable quinto lugar para Pérez y la victoria de Verstappen, seguido de Hamilton y Fernando Alonso. El mexicano sumó el punto extra por la vuelta rápida y, de paso, el premio de los aficionados a mejor piloto del día.
Las expectativas mexicanas por ver a Checo Pérez competir por el campeonato de pilotos frente a Verstappen tienen fundamento. El coche de Red Bull es el más sólido de este año, los Ferrari han tenido problemas, en Mercedes están en plena remontada y en Aston Martin muestran el músculo aunque les falta la chispa especial. “Es mi único rival”, contó Verstappen en la previa de la carrera. La pérdida de puntos en Australia deja al mexicano con cierta desventaja en lo que resta del campeonato aunque la Fórmula 1 es toda una tómbola a toda velocidad.
En Red Bull ya tuvieron un caso en el que sus dos pilotos estaban en un nivel top. La dupla de Sebastian Vettel (cuatro veces campeón) y Mark Webber le dio a Red Bull su primer gran protagonismo en la Fórmula 1. Sobre la pista, sus dos pilotos competían de lo lindo y sin reservas. En 2013 dejaron uno de los momentos más tensos en el deporte motor cuando Webber lideraba la carrera en Malasia y detrás tenía a Vettel. El equipo pidió mantener las posiciones, pero el alemán desoyó la petición. Ambos compitieron coche a coche con peligro de quedarse fuera de la carrera. El incidente se conoce como Multi 21, una orden para que el coche de Webber, el número dos, quedara primero.
Las cosas entre Verstappen y Pérez se fracturaron cuando el neerlandés se negó a cederle la posición a su compañero durante el Gran Premio de São Paulo, algo que iba a ayudar al mexicano a terminar la temporada pasada en la segunda posición, la mejor en su carrera. En redes sociales, los checolovers hacían ver que cuando Pérez ganó en Arabia, el padre del bicampeón de la F-1 se mostró serio en la celebración e incluso los mecánicos de Red Bull cobijaban al mexicano mientras Verstappen iba en solitario. El salseo, sin embargo, se ha estancado en redes y desde Red Bull pretenden cerrar el asunto lo más pronto posible porque quieren amarrar el bicampeonato de constructores y el tricampeonato del neerlandés, el proyecto del hoy y mañana para la escudería de la bebida energética.
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