Con las últimas crisis globales generadas por la covid-19 y la invasión rusa de Ucrania, el mundo ha entrado en una nueva época. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha utilizado con razón la palabra “zeitenwende”, que significa “punto de retorno”. Las placas tectónicas de la geopolítica están cambiando, al igual que los valores europeos de la democracia. El Estado de derecho y los derechos humanos se ven amenazados por los regímenes autocráticos.
Ante cambios tan profundos, la Unión Europea (UE) tiene que ser más asertiva. Tenemos que promover una propuesta positiva que convenza a nuestros socios internacionales de que, juntos, podemos impulsar un modelo de desarrollo social, ambiental y económico sostenible.
La oferta de la UE crea vínculos sostenibles y refuerza la autonomía estratégica. No crea ni profundiza relaciones de dependencia
En el segundo semestre de 2023, España asumirá la presidencia rotatoria del Consejo Europeo. Esto tendrá un papel crucial en el relanzamiento de la relación de la UE con América Latina y el Caribe. Es hora de hacer frente a la realidad. Durante demasiado tiempo hemos dado por sentada esta sólida asociación, arraigada en profundos lazos históricos y culturales. Esto debe cambiar.
He tenido el placer de discutir las prioridades de la presidencia española con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Estoy impresionada por el nivel de ambición y compromiso que tiene España con América Latina y El Caribe. España participa en casi todas las grandes iniciativas dirigidas a la región, en el marco de Global Gateway, la estrategia global de inversión de la UE.
Esta estrategia es la alternativa sostenible y fiable que la UE ofrece hoy a sus socios para avanzar en la doble transición tecnológica y verde y para hacer frente al déficit mundial de infraestructuras. No todas las propuestas de asociación/cooperación son iguales. La oferta de la UE crea vínculos sostenibles y refuerza la autonomía estratégica. No crea ni profundiza relaciones de dependencia. Y está anclada en elevados estándares sociales y medioambientales. Estos son nuestros valores.
Las inversiones en infraestructuras están en el centro de la geopolítica actual. Los recientes acontecimientos han puesto de manifiesto la fragilidad de la cadena de suministro mundial y han subrayado la necesidad de una transición hacia modelos de crecimiento más sostenibles. Global Gateway es parte crucial de la iniciativa del G7 conocida como el Partenariado Global para Inversiones en Infraestructuras (PGII).
Además de las infraestructuras físicas, Global Gateway también se focaliza en las áreas de la salud, la educación, la investigación y la adquisición de competencias. La oferta de la UE aporta un claro valor añadido a la agenda social, para crear empleos dignos, impulsando la formación profesional para adecuarla a las profesiones del futuro, reforzando la sociedad civil y promoviendo la igualdad de género y el empoderamiento juvenil.
La Unión Europea, América Latina y el Caribe ya cooperan a distintos niveles, con programas como BELLA, en el ámbito digital; EUROSOCIAL+, para promover la cohesión social; y EUROCLIMA, en el área del medio ambiente. En los próximos meses, trabajaremos juntos para reforzar aún más nuestra profunda cooperación y asociación.
Las empresas de la UE están muy presentes en América Latina y en el Caribe, gracias a ellas, la UE es el primer inversor extranjero en la región, por delante de EE. UU. y China
El próximo verano daremos el siguiente gran paso, con la celebración de la Cumbre UE-CELAC —la última Cumbre tuvo lugar en Bruselas en junio de 2015—. Este encuentro será una oportunidad única para debatir la agenda de inversiones para la región en las áreas prioritarias del Global Gateway. Las energías renovables, las materias primas, la inversión conjunta en la producción de vacunas y la mejora en el alcance de la conectividad digital para la inclusión de poblaciones o territorios remotos son elementos clave de ese plan.
En las últimas décadas, la cooperación entre la UE y América Latina se ha desarrollado sobre todo en el marco de acuerdos bilaterales o regionales enfocados en la cooperación y en el comercio. Con esta estrategia biregional, podemos reforzar nuestros lazos y amplificar nuestras conexiones de una manera más coherente y estructurada.
El sector privado es clave. Las empresas de la UE están muy presentes en América Latina y en el Caribe: lideran el mercado en muchos sectores y son fuente de innovación. Gracias a ellas, la UE es el primer inversor extranjero en la región, por delante de EE UU y China. Por ello, la agenda de inversiones que América Latina y el Caribe tienen sobre la mesa representa una gran oportunidad en el marco de la Global Gateway.
En otras palabras, la UE trabajará en la capacitación y el fortalecimiento de sus socios en América Latina y el Caribe para que se vuelvan resilientes y para que, a partir de ahí, hagan frente a la desigualdad, que sigue siendo el problema principal de la región en el que queremos trabajar juntos. La autonomía estratégica es tan importante para nuestros socios como para nosotros.
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