Ambros Martín (Arrecife, Las Palmas; 55 años) sustituirá a José Ignacio Prades al frente de la selección femenina de balonmano, según adelantó Marca y confirmó este periódico. El técnico, ganador de cuatro Champions, será presentado el próximo martes con un objetivo inmediato muy claro: clasificar a las Guerreras para los Juegos de París 2024. Prades, que asumió el cargo hace un año y medio, continuará como segundo, puesto que ya ejerció con su antecesor, Carlos Viver.
Las sensaciones que ha dejado el equipo en sus últimos compromisos importantes han empujado a la federación a un relevo en el banquillo, que ahora contará con un entrenador que ofrece un palmarés de primer nivel. Sus cuatro Ligas de Campeones las levantó con el Gyori ETO, de Hungría (2013, 2014, 2017 y 2018), conjunto al que dirige actualmente, aunque no seguirá la próxima campaña, como ya anunció hace unos meses.
El movimiento se enmarca en la aspiración de obtener la clasificación para la cita olímpica, la cuarta consecutiva. Para ello, España debería alcanzar, al menos, los cuartos de final en el Mundial que se disputará entre el próximo 29 de noviembre y 17 de diciembre en Dinamarca, Noruega y Suecia, y jugar luego los preolímpicos. Si es campeona o finalista con Francia, que ya tiene el puesto asegurado, obtendría el pase directo, aunque es una opción que se presenta poco factible a tenor del nivel mostrado recientemente.
Los últimos resultados habían extendido un manto de desesperanza. El Europeo de 2022 lo concluyó en novena posición, muy lejos de acceder a la fase final, y en la reciente eliminatoria de clasificación para el Mundial, ante la discreta Austria, sufrió de lo lindo para sacar adelante el cruce. En la ida no pudo mantener la ventaja inicial (28-28) y en la vuelta se abocó a una remontada en la segunda mitad (26-24). En la otra gran cita internacional de la etapa Prades, el Mundial de 2021 que acogió España, las Guerreras acabaron cuartas, beneficiadas por su condición de anfitrionas (pudieron elegir itinerario en el torneo) y la ausencia de rivales de nivel top hasta las semifinales.
Una plata mundial sin continuidad
La ilusión renovada que despertó la inesperada y muy meritoria plata mundial de 2019 se ha ido diluyendo en los últimos campeonatos. Aquel equipo, dirigido por Carlos Viver y Prades de segundo, pareció abrir una nueva época de codearse con la élite después de la renovación emprendida unos años antes con las salidas, sobre todo, de Marta Mangué y Macarena Aguilar, y la mezcla de jugadoras como Jennifer Gutiérrez, Alicia Fernández, Eli Cesáreo o Ainhoa Hernández, con otras veteranas como Silvia Navarro, Nerea Pena, Shandy Barbosa o Carmen Martín. Sin embargo, aquel éxito no tuvo continuidad, por el camino se han ido perdiendo, por efectos de la edad, algunos nombres de mucho callo como Pena y Martín, y jugadoras emergentes bajaron su nivel con las Guerreras, como Hernández y Fernández. El nivel de la Liga, 15ª del ranking europeo y sin acceso a la Champions, tampoco ha ayudado.
Los Juegos de Tokio, en los que las Guerreras mostraron la irregularidad que acostumbra y no alcanzaron los cuartos, supuso el fin del periodo de Carlos Viver. Su ayudante, Prades, asumió el banquillo a solo dos meses del Mundial que le tocaba organizar a España, pero los resultados globales no hicieron palanca. Ahora la federación busca un nuevo cambio de tuerca para no quedarse fuera de la cita olímpica de París y para ello ha reclutado a un preparador del primer nivel.
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