Aragón descarta solicitar fondos europeos para unir las estaciones de esquí de Formigal y Astún, en el Pirineo oscense. La Diputación Provincial de Huesca (DPH) ha renunciado a continuar adelante con una actuación que implicaba la construcción de una telecabina de más de ocho kilómetros que discurriría por Canal Roya, un valle pirenaico glaciar situado a los pies del Anayet, de gran valor ambiental y cultural. La corporación regional aduce falta de tiempo debido al retraso en el inicio del procedimiento, aunque sigue apoyando la actuación. La inversión ascendía a 26,4 millones de euros, la mayor parte de los 33 millones solicitados por la región de los fondos de recuperación europeos para la sostenibilidad, que ahora se asignarán a otras iniciativas.
El carpetazo se produce después de que el proyecto desencadenara un fuerte rechazo social, con importantes protestas y manifestaciones de denuncia a las que se sumaron las cinco grandes organizaciones ecologistas. Se daba la paradoja, apuntan los detractores del proyecto, de que un dinero destinado a la sostenibilidad y al mantenimiento de la biodiversidad se asignaba a destruir un paraje natural, obviando, además, la reducción de las precipitaciones de nieve por el cambio climático.
El presidente de la diputación, Miguel Gracia (PSOE), cierra el proyecto con “pena”, pero asegura que no se puede continuar por la imposibilidad de cumplir los plazos, debido a que el procedimiento no se ha iniciado. “No tenemos declaración de impacto ambiental, ni de inicio de la tramitación del Plan de Interés General, no hay disponibilidad de suelos, no es creíble el cronograma, faltan informes, no podemos gestionar el transporte por cable sin cambios legislativos, entre otras cuestiones”, señaló Gracia en rueda de prensa. Como culpable del retraso, la corporación provincial apunta a una falta de colaboración del Ejecutivo aragonés, gobernado por el también socialista Javier Lambán. Tras la renuncia de la diputación a los fondos, Lambán, con las elecciones a las puertas, no quiso entrar en polémicas e indicó que “si las gentes de la montaña no tienen claro la unión de las estaciones, el proyecto se queda aparcado y, si apuestan por ello, lo apoyaremos. Ya se verá lo que pasa en el futuro”.
Un futuro que las asociaciones ecologistas quieren asegurar sin que se dañe al medio ambiente. Consideran el abandono de la actuación como “un éxito”, pero son conscientes de que se puede reavivar en cualquier momento. “Es una victoria, por el hecho en sí de salvar Canal Roya, pero también por demostrar que si la sociedad se organiza y protesta se pueden conseguir cosas”, sostiene Paco Iturbe, portavoz de la Plataforma en Defensa de las Montañas de Aragón. Para él, los argumentos esgrimidos por el presidente de la diputación sobre la imposibilidad de acometer el proyecto en tiempo y forma son “una excusa”. “¿Hace tres meses calculas que los plazos son suficientes y ahora no?”, plantea. La realidad, afirma, “es que estos fondos no están pensados para megaproyectos y por ese motivo se dan tres años para su ejecución, y como sabían que no era suficiente, lo querían declarar de interés general, para acortar plazos en la tramitación”.
La desconfianza lleva a Iturbe a tomar el abandono de la actuación con “cierta cautela”. “No es la primera vez que se intenta destruir el valle. Cada cierto periodo vuelve a salir. Estamos acostumbrados a estas cosicas del Gobierno”. La amenaza desaparecería si se declara espacio protegido. Una petición a la que se han sumado Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF, que piden que se acelere la creación del Parque Natural de Anayet-Partacua propuesto hace más de 15 años, que integraría el corredor biológico del valle de la Canal Roya y garantizaría su protección real a futuro.
Ricardo Magán, portavoz de Greenpeace, advierte de que van a vigilar la aplicación de estos fondos cuando se decida a qué proyectos se destinan. “El problema es que la Unión Europea los audita una vez que se han gastado. Si se hubiera dado luz verde a Canal Roya y luego se decide que la inversión no es la adecuada, ¿quién los devuelve?”, plantea. “Habría que acudir a fondos públicos”, dice. Y en Canal Roya estaba “blanco y en botella”, porque los proyectos no pueden dañar la biodiversidad y este destroza un corredor natural.
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Para el presidente de la diputación, sin embargo, la mejor forma de asegurar el porvenir del territorio pasa por la conexión del valle de Aragón con el valle del Tena. “Siempre lo he defendido, aquí y en otros lugares, porque es necesario un plan de nieve en Aragón con una reestructuración de futuro”, aseguró. La redistribución de los fondos hacia otros proyectos no debería implicar que se pare la tramitación de la unión de las estaciones. “Se requiere un proceso participativo donde se siga un modelo similar al que se utilizó en el debate de la gestión del agua en Aragón, como han planteado los municipios, y ver qué se hace con la nieve y las estaciones de esquí”, matizó. “Quien gobierne esta comunidad autónoma, que va a ser el PSOE, deberá ponerlo encima de la mesa al día siguiente”.
Con una férrea oposición abriéndose paso en la calle, el consenso que había suscitado, en principio, el proyecto, fue perdiendo partidarios. A finales de abril, recibió un duro varapalo. El ayuntamiento de Jaca, por el que discurre gran parte de la infraestructura, en un principio a favor de la conexión, votó en contra de la conexión en el último pleno de la legislatura, a raíz de una propuesta de CHA y Más Jaca-Podemos, socios de gobierno del PSOE. Los socialistas, sin embargo, introdujeron una enmienda en la que dejan claro que no están en contra de la conexión de ambos valles, sino del actual proyecto porque no existen suficientes estudios ni participación ciudadana.
Además, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife, WWF viajaron a Europa para exponer los problemas ambientales del proyecto de Canal Roya. “Está constatado que causará estragos en el valle, que incumple el principio de transparencia y consulta y que no colabora en la lucha contra el cambio climático por el uso inmoderado de energía para fabricar nieve”, expusieron. Tras la visita, la Comisión Europea se dirigió al Ministerio de Industria Comercio y Turismo para requerir información sobre un proyecto que ahora se paraliza, pero no se olvida.
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