México ha vuelto a dar muestras de la violencia en la que está sumido. El periodista Gerardo Torres Rentería fue asesinado a balazos durante la noche del jueves en Acapulco, la turística ciudad costera del Estado de Guerrero. Torres, a sus 59 años, fue camarógrafo de Telemundo y cofundador de TV Azteca Guerrero, aunque desde hace unos años vivía alejado del mundo de la comunicación.
Varios medios apuntan a que el asesinato se llevó a cabo en torno a las nueve y media de la noche, cuando el comunicador fue atacado por varias personas armadas que le metieron a golpes a su vivienda, donde le dispararon. Más tarde huyeron en un vehículo del que no se ha especificado información hasta el momento. Las organizaciones de derechos humanos en defensa de la libertad de expresión y de información continúan documentando información sobre lo ocurrido, sin confirmar, hasta el momento, que el suceso se deba expresamente a su labor periodística.
México se ha convertido en los últimos años en un territorio hostil para los periodistas. “Uno de los más peligrosos y mortíferos del mundo” para los comunicadores, como considera la asociación Reporteros Sin Fronteras (RSF). En lo que va del 2023, dos comunicadores han sido asesinados por realizar su labor periodística: Abisai Pérez y José Ramiro Araujo. La cifra es más dura si se tiene en cuenta el año anterior. 2022 cerró con 17 informadores asesinados en México.
La violencia en el país va más allá de ser una realidad exclusiva del mundo informativo. En 2021, el último año con los registros completos, murieron asesinadas 35.625 personas, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Otro de los datos que dan muestra de esta situación es la de los secuestros, que también han afectado a los comunicadores. Uno de los ejemplos es el secuestro del reportero Ricardo Villanueva por un grupo de “sujetos encapuchados y con armas largas” en Veracruz. Villanueva apareció un día después “sano y salvo”. El número de desaparecidos en el país ha sido motivo de constante crítica. El año pasado, México superó la cifra simbólica de 100.000 personas desaparecidas desde 1964, año en el que se inició el conteo.
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