Las autoridades australianas han recuperado este miércoles una pequeña cápsula radiactiva que se cayó de un camión en una carretera desértica del Estado de Australia Occidental la semana pasada. Se trata de un cilindro macizo de color plateado más pequeño que una moneda, de solo 8×6 milímetros, pero que las autoridades afirman que contiene suficiente Cesio-137 como para causar una enfermedad aguda por radiación.
Tras recorrer cientos de kilómetros de carretera, la diminuta cápsula fue descubierta después de seis días por un vehículo especial que detectó radiación mientras circulaba por la autopista. El objeto desapareció de un camión que salió de una mina situada a 1.400 kilómetros al norte de la capital del Estado y se dirigía a los suburbios de Perth, una distancia mayor que la que separa Madrid de París. Fue encontrado en el arcén de una carretera desértica al sur de la ciudad de Newman, cerca de la mina de donde había salido, informó el comisario de servicios de emergencia del Estado, Darren Klemm.
“Es un buen resultado. Si tenemos en cuenta el alcance de la zona de búsqueda, localizar este objeto ha sido un reto monumental. Han encontrado literalmente una aguja en un pajar”, ha declarado ante la prensa el ministro de Servicios de Emergencia de Australia Occidental, Stephen Dawson.
La cápsula radiactiva formaba parte de un calibrador utilizado para medir la densidad del mineral de hierro de la mina Gudai-Darri de Río Tinto, en la remota región de Kimberley. Durante la búsqueda, las autoridades pidieron a los residentes de la zona que se mantuvieran a una distancia mínima de cinco metros si veían la cápsula, ya que la exposición podría causar quemaduras por radiación.
La cápsula se colocará ahora en un contenedor de plomo y se almacenará durante la noche en Newman, antes de ser trasladada mañana jueves a la capital del Estado.