El sonidero del quiosco Morisco, en la colonia Santa María la Ribera, se ha oído este domingo más que nunca. Funcionarios de la alcaldía Cuauhtémoc y los bailarines han protagonizado un altercado, cuando los primeros han tratado de impedir que los segundos danzaran al son de la música, como vienen haciendo desde hace años. El conflicto comenzó jornadas atrás, cuando la alcaldía dijo atender los reclamos de los vecinos para que estos bailes bajaran el sonido que cada fin de semana se oye en la popular plaza. Los danzantes se quejaron y la alcaldía Cuauhtémoc, en el centro de Ciudad de México, ha cortado la luz para que no pudiera sonar la música. Los afectados han protestado ante el personal de la demarcación y se han producido algunos encontronazos que han quedado recogidos en videos repetidos por redes sociales. “La decisión está tomada, no vamos a permitir que ningún sonidero regrese a la Santa María la Ribera”, ha dicho en un tuit la alcaldesa, Sandra Cuevas.
La famosa plaza es popular porque quienes gustan del baile se concentran allí al ritmo de la música. Pero días atrás, se desató una trifulca entre quienes quieren seguir danzando en ese espacio público y quienes están cansados del ruido. Desde la alcaldía dijeron que solo les habían pedido que bajaran el volumen, que no querían cancelar los bailes. Este domingo, las declaraciones han subido de tono y los vecinos se han encerrado en un predio para seguir tocando mientras los danzarines se ejercitaban en la calle. Los agentes les acusaban de robar la luz pública para sus altavoces y de vender alcohol. “Hablen con la verdad”, les interrumpían los manifestantes.
En ese mismo lugar tiene su vivienda la alcaldesa, y horas antes se había convocado una manifestación de protesta frente a su casa. Sandra Cuevas emitió la noche del sábado algunos mensajes en sus redes sociales en los que hacía responsable a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, de cualquier cosa que pudiera pasarle a ella o a los suyos. Acusó a los morenistas de articular la queja callejera. En realidad, aunque el ambiente estaba revuelto esta tarde del domingo, la protesta no ha ido a mayores. “Solo son viejitos que bailan”, dijeron algunos vecinos, asombrados del rifirrafe que se veía en la zona. Nadie era ajeno al ruido que hacían, sobre todo, las redes sociales. “Nos están agrediendo”, decía un hombre en una de las grabaciones.
La capital mexicana es probablemente una de las más ruidosas del mundo. En un día completo, algunas calles o barrios pueden soportar más decibelios que en una verbena de pueblo. Los comerciantes vocean sus mercancías, a veces con una megafonía ininterrumpida durante horas, otras, de paso. El gas, el fierro viejo, los tamales, los camotes, las nieves, la trompeta, los timbales, los aguacates… todo a gritos. El ruido apenas deja descansar a los vecinos. Aunque sea alegre. En el quiosco Morisco, son numerosas las actividades que se concentran en la calle, razón por la cual, según la alcaldía, los vecinos han protestado. Lo mismo son bailes que ejercicios de gimnasio, y vendedores ambulantes, con la particularidad de que los fines de semana, días de descanso, son los más proclives a estos eventos.
Pero el conflicto, en lugar de diálogo, se ha calentado con mensajes de incendio. Y todo se ha politizado. En las mismas redes sociales se leían mensajes a favor y en contra, todos con mucho ruido. Algunos acusaban a la alcaldesa de no permitir la música en unas partes y en otras sí. Mucho ruido.
Este domingo, el enfrentamiento entre los funcionarios y la población se ha saldado con algunos ciudadanos caídos al suelo entre empujones, gritos y videos. “La alcaldesa autoritaria”, se oía en algunos de ellos. Cuevas se ha defendido con sus comentarios, grabados desde su casa frente al quiosco Morisco. Se quejaba de la manifestación frente a su vivienda, “respaldada por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo”, con quien mantiene un abierto enfrentamiento político. Y ha contado que en días pasados dio la orden de prohibir la instalación de un sonidero en la alameda, “tras muchas denuncias y quejas vecinales, quienes cada domingo tienen que padecer el ruido”. Cuevas ha asegurado que “por más de cuatro meses” solicitó que bajara el volumen de la música, y les ofreció, ha dicho, la cercana Casa de Cultura y el polideportivo Cuauhtémoc, solo para ellos. “Se negaron”, ha dicho. Por tanto, tomó la decisión irrevocable de retirar esa música de la vía pública. “No estamos en contra de los bailes, tan es así que existe la Ciudadela, en donde hay música que paga la alcaldía y otros muchos espacios para nuestros mayores”.
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