Mientras sus partidarios asaltaban el Congreso, el Palacio de Gobierno y el Tribunal Supremo en Brasilia, el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha aguardado varias horas antes de pronunciarse. Lo ha hecho a través de varios tuits, desde Orlando (Florida), donde se encuentra: “Las manifestaciones pacíficas, conforme a la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, las depredaciones e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla”, ha afirmado el ultraderechista, que se refiere a las protestas populares en la recta final del Gobierno de Dilma Rousseff y tras su destitución, cuando manifestantes se pasearon por el tejado del Congreso.
– Manifestações pacíficas, na forma da lei, fazem parte da democracia. Contudo, depredações e invasões de prédios públicos como ocorridos no dia de hoje, assim como os praticados pela esquerda em 2013 e 2017, fogem à regra.
— Jair M. Bolsonaro 2️⃣2️⃣ (@jairbolsonaro) January 9, 2023
“A lo largo de mi mandato, siempre he estado dentro de las cuatro líneas de la Constitución respetando y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y nuestra sagrada libertad”, ha escrito en un segundo tuit. “Además, repudio las acusaciones, sin pruebas, que me atribuye el actual jefe del poder ejecutivo de Brasil”, ha añadido en un tercero, que cierra el hilo, y con el que sale al paso de las palabras del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que le ha responsabilizado del asalto.
En esta última semana se han difundido imágenes del exmandatario saludando a sus seguidores y también una fotografía suya comiendo pollo frito en un restaurante de KFC en Orlando (Florida) a donde viajó el 30 de diciembre sin dar muchas explicaciones. Bolsonaro llegó al aeropuerto Signature Flight Support de Orlando a bordo del avión presidencial y fue trasladado, escoltado por su servicio de seguridad, a una mansión del exluchador de artes marciales mixtas brasileño José Aldo da Silva, en la que se ha estado alojando.
Con el viaje a Estados Unidos en los últimos días de su presidencia, Bolsonaro evitaba el trago de imponer la banda presidencial y hacer el traspaso solemne del poder a su sucesor y rival, Luiz Inácio Lula da Silva. Bolsonaro está sujeto a varias investigaciones sobre su gestión, por lo que se ha especulado con que su salida del país busque esquivarlas.
El expresidente se negó a reconocer expresamente la victoria de Lula en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas de hace algo más de dos meses. Después de sentar dudas sobre la limpieza del proceso antes del día de las elecciones, guardó silencio tras el 30 de octubre, cuando cayó derrotado en la segunda vuelta de las presidenciales. Lo rompió para pedir a sus seguidores disconformes con el resultado electoral que despejasen las carreteras que mantenían bloqueadas, luego para advertir que las Fuerzas Armadas eran “el último obstáculo contra el terrorismo” y finalmente, antes de partir hacia Estados Unidos, se despidió entre lágrimas con un mensaje desde el Palacio de Alvorada.
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Antes del asalto de este domingo, Bolsonaro condenó los actos violentos, pero al tiempo calificó de “patriotas” a sus seguidores disconformes, el mismo adjetivo que ha usado reiteradamente el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, para referirse a los que asaltaron el Capitolio en Washington el 6 de enero de 2021.
En los últimos días, ha escrito diferentes mensajes tanto en Twitter como en Telegram para glosar los supuestos logros de su mandato. Por ejemplo, la revalorización del real brasileño frente al dólar en 2022 o el aumento de las inversiones en infraestructuras.
La congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez ha vinculado este domingo el asalto en Brasilia al ocurrido en Estados Unidos hace dos años, cuando partidarios del entonces presidente Donald Trump irrumpieron en el Capitolio de Washington. “Casi dos años después del día en que el Capitolio de los Estados Unidos fue atacado por fascistas, vemos movimientos fascistas en el extranjero que intentan hacer lo mismo en Brasil. Debemos solidarizarnos con el gobierno elegido democráticamente de Lula. Estados Unidos debe dejar de otorgar refugio a Bolsonaro en Florida”, ha escrito en su cuenta de Twitter. En realidad, Bolsonaro no tiene estatus de refugiado en Estados Unidos.
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