Boric y los expresidentes de Chile coinciden en la necesidad de no desperdiciar la oportunidad de una nueva Constitución

El presidente de Chile, Gabriel Boric, enseña su papeleta antes de emitir el voto en la elección de consejeros constitucionales que redactará una nueva propuesta, en Punta Arenas, Chile.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, enseña su papeleta antes de emitir el voto en la elección de consejeros constitucionales que redactará una nueva propuesta, en Punta Arenas, Chile.ANDRES POBLETE (AP)

La jornada para elegir a los 50 consejeros (25 hombres y 25 mujeres) que redactarán la segunda propuesta constitucional chilena para enterrar la Carta Magna heredada de la dictadura ha estado marcada este domingo por un llamamiento a no desperdiciar el segundo intento. Lo han hecho tanto el presidente Gabriel Boric como los exmandatarios, de los distintos colores políticos. “Esta vez no hay margen de error”, aseguró Boric, tras sufragar a primera hora en su ciudad natal Punta Arenas, en el extremo sur del país, aludiendo al frustrado proceso anterior. En septiembre pasado, un 62% de los ciudadanos, con voto obligatorio, echaron abajo el texto redactado por una convención dominada por la izquierda y los independientes.

“Como país tenemos una oportunidad histórica para reconciliarnos después de las fracturas que hemos vivido”, agregó el mandatario de izquierdas de 37 años, que lleva 15 meses en La Moneda. El rechazo a la propuesta constitucional el año pasado fue un golpe para el oficialismo y el propio Gobierno, que había tomado una abierta postura en favor de un texto que cambiaba profundamente la institucionalidad chilena. La Administración cambió de actitud en 180 grados frente a este nuevo intento y ha visto la campaña electoral desde la distancia. Incluso, Boric no había aceptado preguntas de la prensa sobre el asunto en las últimas semanas.

El núcleo del discurso del mandatario se repitió durante la mañana en sus antecesores. El expresidente Sebastián Piñera, de la derecha, aseguró que Chile “no necesita, ni merece, ni resiste otro fracaso en materia constitucional”. La idea de cambiar la Constitución fue la fórmula que encontraron los partidos políticos para canalizar el descontento social que estalló en octubre de 2019, durante su segundo mandato.

En la antesala de la votación, Francisco Chahuán, presidente de Renovación Nacional, el partido de Piñera, aseguró que el proceso electoral de este domingo es un plebiscito al Gobierno de Boric, una declaración fuertemente criticada desde la izquierda por desinformar a la ciudadanía, según ellos. “Digamos las cosas como son. Cada vez que los chilenos votan, estamos evaluando muchas cosas. Estamos evaluando las vidas que estamos teniendo. Pero en este caso, lo más importante son las vidas que vamos a tener hacia adelante”, afirmó Piñera este domingo.

El expresidente Ricardo Lagos, socialista, llamó a pensar en la próxima generación y no en la próxima elección política. La expresidenta Michelle Bachelet, que en un momento se mostró disponible a ser candidata para esta elección si es que la izquierda presentaba solo una lisa -lo que no ocurrió-, impulsó a que los chilenos fueran a votar “no solo porque es obligatorio, sino porque es una tremenda oportunidad para tener una Constitución que nos una a todos”. Sobre si se debe interpretar el resultado como un plebiscito al Gobierno de Boric, la socialista sostuvo que el “error más grave es mezclar este proceso con la contingencia política”. La exrepresentante de ONU Mujeres y del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU lamentó la escasa información que se entregó sobre esta elección y le achacó la responsabilidad a los partidos políticos y al Servicio Electoral, el Servel.

Pese a la apatía ciudadana por estas elecciones –el interés por el proceso constituyente del 66% que había en 2021 bajó a un 31% en estos días, según la encuesta Criteria–, la jornada ha estado marcada por el civismo ciudadano, con largas filas que han avanzado con buen ritmo. En parte, porque se trata de un proceso con inscripción automática y voto obligatorio, como sucedió en el plebiscito de septiembre pasado cuando la participación llegó al 85%. “Tenemos en algunos casos muy puntuales un atochamiento mayor, pero son situaciones que se han ido normalizando rápidamente”, describió la portavoz del Gobierno, Camila Vallejo, desde el Palacio de La Moneda.

A unas tres horas del cierre de las urnas, Carabineros ha informado que las comisarías -virtuales y presenciales- han recibido unas 112.000 constancias de ciudadanos para excusarse de votar en la jornada electoral, que tiene carácter obligatorio. Quienes no pueden sufragar este domingo deben presentar un justificativo para evitar sanciones económicas que pueden llegar hasta los 226 dólares.

A pesar del carácter cívico que ha caracterizado la jornada, han ocurrido algunos incidentes aislados, especialmente en el sur del país. En la localidad de Ercilla (en la región de La Araucanía), un grupo atacó a balazos desde un coche a la subcomisaría de Carabineros. En la cárcel de Angol, en la misma región, tres funcionarios de Gendarmería, el servicio encargado del resguardo de los centros penitenciarios de Chile, fueron tomados como rehenes por un grupo de presos.

Los primeros en comenzar el recuento de votos han sido los locales del extremo sur del país, en Magallanes, que tienen una hora por sobre el resto del territorio chileno continental. Aunque se observa una buena participación, el Servel no tiene proyecciones, porque sobre las seis de la tarde (hora de Chile) los electores suelen llegar a los locales de votación.

Esta tarde, en La Moneda, el Gobierno realizará un comité político para seguir los resultados de las elecciones –que se comenzarían a conocer sobre las siete de la tarde, hora chilena– y, sobre todo, para coordinar una respuesta única del oficialismo, que compite dividido en esta elección de 50 consejeros.

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