Que Britney Spears (Misisipi, EE UU, 41 años) borre sus perfiles en las redes sociales es cada vez menos sorprendente. Pero para los seguidores más fieles de la artista, que observan de cerca cada uno de sus movimientos, parece que este hecho es motivo de alerta. En los últimos meses, y sobre todo desde que se liberara de la férrea tutela de su padre y recuperara su libertad, sus fans han estado más pendientes de ella que nunca y la preocupación ha ido en aumento por las publicaciones de la cantante de Toxic en sus cuentas. Este interés desmedido ha terminado con Britney Spears denunciando la situación en su cuenta de Twitter.
Hace unos días, los seguidores aseguraron ver cierta tensión con su marido Sam Asghari en un restaurante, con el que se casó en junio de 2022 en una boda íntima en su casa. Y la desaparición repentina de sus redes sociales ha sido la gota que ha colmado el vaso para algunos de ellos, que decidieron llamar al departamento de policía de Ventura County, condado de California en el que reside la pareja, para que mandaran a unos agentes a comprobar el estado de salud de la intérprete de Oops!… I Did It Again o Baby One More Time. “Puedo confirmar que hemos recibido llamadas y también que no consideramos que Britney Spears esté en peligro”, explicó el pasado miércoles un portavoz de la oficina policial, quien no quiso dar más detalles sobre cuántas personas habían llamado interesándose por ella.
Menos de 24 horas después del incidente, Spears ha respondido públicamente a través de su cuenta de Twitter —en la que acumula 56 millones de seguidores y en la que no había publicado nada desde noviembre de 2022—. “Amo y adoro a mis fans, pero esta vez las cosas han ido demasiado lejos y han invadido mi privacidad”, ha denunciado la artista. También ha dado más detalles sobre cómo fue la actuación de los agentes de seguridad: “La policía nunca entró a mi casa. Cuando llegaron a mi puerta, rápidamente se dieron cuenta de que no había ningún problema y se fueron de inmediato”. Y añade en su mensaje: “Me sentí como si me estuvieran engañando y acosando una vez que el incidente llegó a las noticias y los medios me retrataron una vez más de manera pobre e injusta”. Además, Spears ha pedido a sus seguidores un favor: “Espero sinceramente que el público y mis fans, por quienes tanto me preocupo, puedan respetar mi privacidad en el futuro”. “Todo mi amor”, termina.
Antes de borrar su cuenta de Instagram, la artista escribió un mensaje que, para muchos, fue una explicación de cómo estaba la situación con su marido: “Darle todo a alguien a quien quiero solo ha traído dolor a mi corazón”. La cuenta se desactivó horas después y Asghari salió a desmentir los rumores de manera inmediata. “No crean lo que leen en internet, gente”, escribía en unos stories en su cuenta de Instagram. El medio estadounidense Page Six explicó, a través de una fuente cercana a Spears, que de vez en cuando necesita tomarse un descanso de las redes sociales: “El silencio puede ser más poderoso que un mensaje lleno de fuerza”.
Después de 13 años en los que su padre tuvo la tutela legal de la artista contra su voluntad, ahora quiere ser ella quien lleve las riendas de su propia vida sin que nadie la controle. Por ello, el gesto de sus fans no le ha sentado nada bien. Ha pasado más de un año desde que Spears se liberó, por fin, del control paterno. Después de este esperado suceso, cortó todo tipo de vínculo con su familia, sus padres y hermanos.
Hace unos meses, sus hijos dieron una controvertida entrevista en la cadena británica ITV en la que el pequeño de ellos, Jayden James, de 15 años, aseguró que su madre no les había prestado la atención suficiente y que lo que querían era que estuviera bien para volver junto a ella: “Solo quiero que mejore mentalmente. Cuando mejore, quiero volver a verla”. Unas declaraciones a las que la cantante respondió por su vía más habitual, su cuenta de Instagram: “Ya no tengo ningún propósito en la vida. Eran mi alegría. Eran mi todo. Espero verlos, para eso vivo. Y de repente desaparecen”.
Después de años de silencio, Jamie Spears, el padre de la artista, aseguró en una entrevista al tabloide británico Daily Mail que la tutela “le salvó la vida” a su hija y que sin ella no habría podido volver a ver a sus dos hijos tras su divorcio Kevin Federline, su segundo marido y padre de los niños. “Para protegerla a ella y también a los niños, la tutela fue una gran herramienta”. Durante estos meses en libertad, Spears ha publicado duros mensajes contra él, que en muchas ocasiones borraba horas después.