El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de 80 años, se había sometido a una revisión médica anual en febrero y sus galenos le habían declarado en buen estado de salud para acometer sus tareas de gobierno. Pero también le extirparon una pequeña lesión en la piel en la zona del pecho. Este viernes, su doctor de cabecera ha confirmado que se trataba de un carcinoma de células basales, un tipo común de cáncer de piel, extraído con éxito. Biden no necesitará más tratamiento.
El doctor Kevin O’Connor, el médico de la Casa Blanca y galeno personal de Biden, ha indicado en un comunicado distribuido por la oficina presidencial que “se extirpó con éxito todo el tejido canceroso” durante el chequeo del 16 de febrero en el hospital militar Walter Reed, en el norte de Washington, y se lo sometió a una biopsia. Como medida preventiva, la zona en torno a la lesión se trató con electrodesecación y un legrado.
“Como se esperaba”, el resultado de esa prueba identificó lo extirpado como un carcinoma de células basales, uno de los tipos de cáncer de piel más comunes y más benignos. Ese tipo de lesiones no tiende a crear metástasis o a extenderse, a diferencia de otras variantes más peligrosas, como el melanoma o el carcinoma de célula escamosa.
La zona de la intervención se ha curado sin problemas, apunta O’ Connor. Los especialistas continuarán manteniendo a Biden bajo chequeos dermatológicos en el futuro, pero tras la extirpación el presidente “no requerirá más tratamiento”.
Los tumores malignos de piel de tipo no melanoma se encuentran entre los más frecuentes entre la población, y representan el 6% de todos los cánceres detectados. Aunque su mortalidad es muy baja, si no se tratan adecuadamente pueden dar lugar a complicaciones. La extirpación quirúrgica y el legrado y desecado aplicado al presidente estadounidense se encuentran entre los tratamientos más habituales para lesiones de pequeño tamaño.
El chequeo elaborado al presidente estadounidense el 16 de febrero encontró a Biden “sano” y “vigoroso”, según había indicado entonces su médico, que determinó que el dirigente estaba “en condiciones de ejercer con éxito sus funciones presidenciales”. Se le practicaron pruebas neurológicas “extremadamente detalladas” y no se le detectaron indicios de ningún tipo relacionados con dolencias como la enfermedad de Parkinson, infarto cerebral o esclerosis múltiple.
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