A inicios de mayo el diario Prensa Libre publicaba una encuesta de preferencias electorales con un resultado que sorprendió en Guatemala. El sondeo mostraba como líder en la intención de votos a Carlos Pineda, un finquero que no forma parte de la tradicional política partidaria guatemalteca, que ha construido un perfil de empresario exitoso a golpe de videos en Tik Tok y otras redes sociales. El sondeo le daba un 23% de las preferencias y con ello se abría un nuevo escenario electoral, con Pineda pasando a una segunda vuelta y con amplias probabilidades de convertirse en presidente. Su postulación, sin embargo, se ha visto amenazada por un amparo impuesto por rivales políticos ante el Tribunal Electoral, que alegan irregularidades durante el proceso de proclamación de la candidatura de Pineda. Este viernes la justicia ha suspendido, al menos temporalmente, su candidatura y el aspirante ha anunciado que apelará ante el Constitucional guatemalteco, la Corte de Constitucionalidad. “El sistema está peleando contra mí y es porque no soy un candidato conveniente para ningún sector político. Pelear contra el sistema no es fácil. Todos los políticos se reparten el pastel, ese ha sido su negocio, y por eso me atacan”, decía Pineda en un video publicado en sus redes sociales.
Él ha llamado su rápido ascenso en las encuestas como una “revolución electoral”. Lo cierto es que se ha posicionado por encima de candidaturas tradicionales como la de de Sandra Torres, quien perdió la pasada elección frente al actual presidente, Alejando Giammattei, y Zury Ríos, la hija del dictador Efraín Ríos Montt, quien a inicios de año lideraba la intención de votos, pero que ha caído ahora a un cuarto lugar entre los aspirantes a la Presidencia. “Se ha convertido en una especie de piedra en el zapato para muchos de los otros competidores. Rompe de alguna forma con el molde que tenían previsto, porque la idea era que la disputa se diera entre Zury Ríos y Sandra Torres y ahora, de repente, los rebasa en curva Pineda, que ya movió el tablero”, explica Renzo Rosal, politólogo y catedrático universitario. “Se trata de un fenómeno particular, es un candidato de derecha, populista, pero también tiene un discurso anti oligárquico, recursos que terminan siendo una amenaza al orden establecido para estas elecciones y por eso la probabilidad de que lo dejen fuera es bastante alta”, agrega Rosal.
Pineda ha logrado meterse en lo más alto de la intención de votos gracias a su capacidad en el uso de redes sociales, principalmente Tik Tok, donde cuenta con casi un millón de seguidores. En esa red, él aparece vestido de vaqueros, botas y sombrero visitando los pueblos de Guatemala con un mensaje campechano. Recientemente, ha expresado su admiración por el Gobierno del presidente salvadoreño Nayib Bukele y viajó a El Salvador para mostrar a sus seguidores las diferencias entre el país gobernado con mano dura por Bukele y la Guatemala actual. “Me vine a El Salvador a conocer la prosperidad de un país cuando el dinero no se roba y alcanza”, escribió en Twitter con un video que lo muestra aterrizando en el territorio salvadoreño. “Usted es famoso en Facebook”, le dice un trabajador del aeropuerto. “He venido a ver los avances, el desarrollo que ha habido en El Salvador últimamente”, responde Pineda. En los siguientes videos, el candidato muestra lo que él considera son cambios positivos llevados a cabo por Bukele: viaja a las playas, visita farmacias para comparar precios de medicinas y habla de la lucha contra la corrupción, que es, ha dicho, su principal batalla. “Mis respetos para el presidente Nayib Bukele, que pudo romper el sistema y por eso El Salvador pudo desarollarse”, dijo Pineda.
En Twitter se hace llamar un “empresario apasionado” y “provida” y en sus discursos siempre cita a dios y pide a sus seguidores que recen por su triunfo en las elecciones. Pineda ya había coqueteado en anteriores elecciones con una candidatura, pero sus aspiraciones no se concretaron. Comenzó entonces a la labrarse la imagen de hombre exitoso en las redes sociales, donde además se muestra solidario con los más desfavorecidos en un país golpeado por la pobreza. “En el marco de los huracanes Eta y Iota algunos empresarios prestaron sus avionetas e helicópteros para el traslado de alimentos y ayudas a las comunidades afectadas y es ahí donde comenzamos a saber de Carlos Pineda y del uso que hace de las redes sociales. Hay que verlo como representante de un sector emergente, grupos a los que les interesa hacer negocios con el Estado, pero también negocios ilícitos, que ha estado dando vueltas en la política partidaria en las últimas dos décadas, pero en espacios marginales. Pineda es el representante de este sector”, explica el académico Rosal.
Él analista hace referencia a los altos niveles de corrupción e impunidad que sufre Guatemala y que se han recrudecido desde que se desmanteló la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), una suerte de Fiscalía especial creada en 2006 con apoyo de la ONU. Fue bajo la presidencia del expresidente Jimmy Morales que se canceló el mandato de la CICIG, que además había implicado a Morales en corruptelas. Morales decidió romper con el acuerdo que mantenía Guatemala desde hace 12 años con la institución de Naciones Unidas y ordenó la salida de los funcionarios extranjeros del organismo, liderados por el juez colombiano Iván Velásquez, considerado el látigo contra la corrupción en Guatemala. Además de la salida de ese órgano de la UNO, se desató desde el poder judicial una guerra contra los jueces y fiscales independientes que luchan contra la corrupción y que ha dejado ya una treintena de víctimas, funcionarios que han marchado al exilio por las amenazas en su contra.
Aunque todos los candidatos en contienda afirman que lucharán contra la corrupción, los analistas ven difícil que esas promesas se cumplan. “Pineda continuaría con el control y la cooptación de las instituciones. El propósito es el mismo, pero los actores que entrarán en la componenda son otros”, explica Rosal. “Pineda aparece de la nada para cambiar la dinámica electoral y viene con muchos recursos propios, con un posicionamiento impresionante en las redes sociales, que no se gesta ayer, sino de tiempo atrás. Por eso los sectores tradicionales, los partidos políticos, los sectores empresariales clásicos, la oligarquía y los mismos competidores electorales ven su presencia como una enorme piedra en el zapato”, afirma el analista.
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Esa ruptura que ha causado Pineda en la política guatemalteca ha hecho que sus rivales intenten sacarlo de la contienda electoral. Integrantes del partido Cambio presentaron un amparo ante el Tribunal Electoral en el que alegan que Pineda no cumplió con los requisitos que establece la ley electoral para lanzar su candidatura por su partido, Prosperidad Ciudadana. Según la denuncia, esta organización política “incumplió con los requisitos que regulan la celebración de la Asamblea Nacional, tales como que se omitió presentar los informes económicos, listados de firmas de los delegados presentes a la Asamblea Nacional, y se incumplió con la representación de minorías”. Pineda se ha defendido de los ataques y confía en mantenerse en la contienda si gana el recurso. “A pesar de los esfuerzos de los corruptos, seguimos en la lucha”, ha advertido.
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