Clippers y Kings alcanzan la segunda mayor marca anotadora de la historia de la NBA | Deportes

El duelo tenía imán porque Russell Westbrook se estrenaba con la camiseta de Los Ángeles Clippers después de su rescisión de contrato con los Lakers y su anónimo paso por los Jazz, base que fue MVP en la temporada regular de 2017 y que ahora juega con el salario mínimo de veterano -unos 2,7 millones de dólares- con la aspiración de ser el generador de juego que en su día fue. Titular, firmó 17 puntos, cinco rebotes, 14 asistencias y siete pérdidas de las 25 de su equipo. “Podemos ser mejores defensivamente, empezando por mí”, resolvió al acabar el envite. Unas palabras que cobraron sentido si se mira el histórico resultado, el triunfo de los Sacramento Kings (175-176) tras dos prórrogas. La fiesta de la canasta, la locura de los puntos.

Se jugaba la jornada baloncestística después del All-Star, de un encuentro en el que nadie defendió para alcanzar una cifra estratosférica de puntuación: 184-175 para el equipo de Antetokoumpo sobre el Team James. Una cifra, en cualquier caso, razonable porque no había tensión defensiva sino que se primaba el espectáculo, consecuencia de la falta de competitividad oficial. Pero algo similar ocurrió en el Crypto Arena de Los Ángeles entre dos conjuntos que pelearán en la parte alta de la Conferencia Oeste, donde no se daban pasillos pero casi, todos volcados en el ataque antes que en las ayudas o el cerrojo. De ahí que fuera el segundo encuentro con más puntos en la historia de la NBA, solo por detrás de un triunfo de los Detroit Pistons ante los Nuggets (186-184 después de tres tiempos extras) de 1983, con un total de 370 puntos. Por lo que Clippers y Kings se sentaron en el segundo peldaño de anotación (351), sobrepasando la marca de 337 del Spurs-Bucks de 1982.

Hubo más. Se igualó el récord de triples (44) en un duelo NBA, con 26 de los Clippers y 18 de los Kings; se sobrepasaron los 34 puntos por barba en cada uno de los cuartos; y fue la quinta vez en la historia de la NBA que hay al menos tres anotadores con 40 puntos en un partido, la primera desde 2012. Kawhi Leonard firmó 44 para el equipo que acabó por torcer el brazo -lejos ya de esa estadística que le señalaba como el conjunto menos ofensivo de la NBA de octubre a diciembre-, y Malik Monk (45) y De’Aaron Fox (42) lideraron a los Kings, capaces de remontar durante todo el encuentro, pues igualaron a 153 tras el tiempo reglamentario y, después de ir perdiendo de seis en la segunda prórroga, supieron darle la vuelta al marcador en apenas dos minutos. Mérito de Mike Brown desde el banquillo, que ha dotado a los Kings de una mentalidad ganadora tras muchos años de sinsabores. “Fue una locura. Todo el mundo metió tiros. Sí, es ridículo. No creo que vayamos a anotar 170 puntos con un 60% en tiros todo el tiempo”, expresó Leonard. “Debe ser el mayor nivel de baloncesto jugado del que yo he sido parte. De los dos equipos. Acierto, ejecución… De todo”, le secundó Kevin Huerter, escolta de los Kings. “Ha sido una experiencia para aprender”, concedió desde el otro lado de la pista Tyronn Lue, entrenador de los Clippers.

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