El espíritu racista del expresidente estadounidense no solo vive en Estados Unidos. También vive en el corazón de muchos mexicanos y podría hacer su aparición en este 2023. Porque el caos del mundo en el que vivimos y las presiones de EE UU —en el preámbulo de la Cumbre de Líderes de América del Norte— han hecho que México acuerde recibir a 30.000 migrantes al mes, provenientes de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela, que hayan sido expulsados por nuestro vecino del norte.
Con lo que se confirma que al país se le acaban los tiempos como país emisor y de tránsito, que poco a poco comienza a convertirse en receptor, y que esto podría activar al Trump interno de muchos y de muchas.
México no está acostumbrado a recibir personas de manera permanente. El famoso “mi casa es su casa” tiene fecha de caducidad y esto se refleja en el hecho de que menos del 1% de su población es extranjera. Según la ONU, el país alberga a cerca de 1.060.707 inmigrantes. De los cuales, el 65,8% tienen nacionalidad estadounidense, mientras que el 4,7% son guatemaltecos y el 4,4% venezolanos.
Lo anterior promete cambiar con el tiempo y los 360.000 migrantes que podríamos recibir en este 2023, provenientes de este acuerdo, podrían en dos años ser iguales o superiores a la población de estados como Colima. Ocasionando que “el pecado de nuestro racismo original” siga adquiriendo dimensiones externas. Tal y como se ha visto con los centroamericanos, que han llegado incluso a ser sujetos a crímenes de odio. Como en el 2011, cuando un joven guatemalteco acusado arbitrariamente de robo en Tultitlán, Estado de México, fue asesinado a golpes y pedradas.
No todos son como Las Patronas, un grupo de mujeres que durante 27 años han alimentado voluntariamente a los migrantes centroamericanos que transitan México a bordo del tren conocido como “La Bestia” rumbo a Estados Unidos, en busca del sueño americano. Por lo que con mayor razón, no hay que olvidar que las elecciones presidenciales se encuentran a la vuelta de la esquina y que los migrantes podrían ser un factor determinante.
¿Será que alguien utilice por primera vez un discurso antimigrante en el contexto electoral? Recibir a un número tan elevado de migrantes será todo un reto para la Administración del presidente López Obrador, especialmente si tomamos en cuenta que el número que podríamos llegar a recibir este año equivaldrán a cerca del 50% de los empleos formales registrados en el IMSS en el 2022, que rondaron los 750.000.
Por lo pronto, crear empleos será todo un reto, pero tampoco se debe descartar la necesidad de desarrollar leyes inteligentes que permitan que los inmigrantes que puedan y quieran, sean también capaces de iniciar un negocio de manera rápida para salir a flote.
¿Será que con esto México deje de estar sumergido en sus propios problemas y comience a interesarse más por lo que pasa en el mundo?
No obstante, parece que a falta de pan, el mundo fue el que se asomó, y que podría ser recibido por el Donald Trump interno de esta nación.
El último en salir, apague la luz.
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