Stephen Curry contra LeBron James. Dos de los mejores jugadores de la NBA se verán las caras nuevamente desde este martes en la semifinal del Oeste. Los Warriors albergarán en San Francisco el primer partido de una serie que tiene algo de déjà vu, ya que el equipo de Curry y el de James se enfrentaron en cuatro finales consecutivas entre 2015 y 2018 (tres de ellas fueron para los californianos y la otra fue para Cleveland). El encuentro estará aún marcado por el recital que el base de Golden State dio el domingo para eliminar a los Kings de Sacramento (120-100) en el último enfrentamiento. Curry anotó 50 puntos y rompió el récord de anotación para un séptimo partido. Su actuación dio oxígeno para que continúen la defensa del título que lograron el año pasado frente a los Celtics. El próximo escollo son los legendarios Lakers.
“Me dio escalofríos. El número 30 es simplemente diferente”, dijo el domingo Andrew Wiggins, el ala pívot, sobre la actuación de Curry. Con medio centenar de puntos, el base desbancó a Kevin Durant como el que más puntos ha anotado en un partido decisivo para una serie. Durant, excompañero de los Warrios, lo consiguió en 2021 vistiendo el jersey de los Nets en las semifinales del Este contra los Bucks. Antes de ellos, Sam Jones lo hizo para los Celtics en 1963 (47) y Dominique Wilkins, la leyenda de los Hawks, en 1988 (47).
Curry promedió 33 puntos en la serie contra los Kings, quienes se clasificaron para los playoff por primera vez en 16 años. En su juego más discreto, el astro marcó 28. Su histórica actuación del domingo, que incluyó siete triples de 18, comenzó a gestarse después de una noche de frustración. Los Warriors dejaron ir en casa la posibilidad de eliminar el viernes a Sacramento en el sexto juego, que perdieron 118-99. Curry quedó molesto con el flojo desempeño de su equipo y no pudo dormir. Minutos antes de las 04.00, cruzó mensajes de texto con Draymond Green, otro de los pilares del equipo que ha dominado la conferencia desde 2015. Green también estaba insomne ante la posibilidad de la eliminación.
Steve Kerr, el entrenador de Golden State, preparó el sábado una sesión técnica en el noveno piso del Chase Center, donde se iban a proyectar algunos vídeos del ataque de Sacramento. El momento más importante de esa tarde no fueron las imágenes. Curry se levantó y habló a sus compañeros. “Saben que no hablo mucho, pero tengo algo que decir”, inició el número 30. Todos callaron para oírlo, según The Athletic.
Curry motivó a sus compañeros diciéndoles que tenían lo suficiente para ganar, que confiaba en ellos. Les aseguró la victoria si todos se comprometían a dejar los sentimientos en casa. Quería de ellos fe y compromiso, dijeron los testigos de esa sesión privada. “Tiene el mismo filo que otros de los grandes. La mentalidad Mamba y todas esas mierdas. Steph lo tiene. Quizás sus formas son distintas, pero sabemos que es un asesino. Todo el mundo lo sabe”, afirmó Jordan Poole.
Cuando empezó el séptimo partido, no había rastro de aquel líder que no podía dormir por los nervios. Curry falló, raro en él, dos tiros libres en el segundo cuarto. Todo el partido jugó con una sonrisa en el rostro. Cuando los árbitros pitaron el final, era otra noche para la historia. “La actitud puede manifestar muchas cosas”, anunció el número 30 a la prensa. “La sonrisa fue intencionada. Solo intento vivir en el presente”, añadió.
Curry tendrá que liderar una serie contra LeBron James. Las dos figuras han disputado 22 partidos de playoff. El de Golden State ha ganado 15. La historia comienza desde cero para dos leyendas que buscan su quinto anillo de campeonato.
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