La muerte de un niño de tres años ahogado en el Instituto Piguin & Babe, un centro educativo del municipio de Tuxtla Gutiérrez, en el Estado de Chiapas, ha provocado el enfado y el rechazo de los padres del lugar, que a través de las redes han pedido el cierre de la guardería. Los familiares de Damián Estrada indican que su muerte pudo ocurrir con la caída del menor en la alberca, aunque los propietarios defienden que el niño murió por “broncoaspiración” cuando ingería sus alimentos.
Según medios locales, los familiares recibieron el cuerpo del menor “todo mojado”. “Ya estaba muerto cuando lo llevaron. La directora Brunet me dijo que el niño se había salido del área del recreo y que se había caído a la alberca, pero no sé, eso no debió haber pasado”, son algunas de las palabras de la madre, Amparo Moreno, que han aparecido en los medios locales.
Los familiares de los menores del centro recibieron un mensaje del director del lugar, José de Jesús Patrinos, para que fueran a recoger a sus hijos a la escuela después de que ocurriese “una emergencia”. Estrada fue trasladado a una clínica privada por una de las trabajadoras del centro, pero a la llegada de los familiares, el niño ya había fallecido. Entre el catálogo de servicios que oferta la escuela preescolar, que se presenta en las redes sociales como un “instituto Inclusivo”, se encuentra el de “estimulación acuática”.
El suceso ocurrido ocurre tres meses después de que Abner, un niño de seis años, muriera ahogado en una clase de natación en el Colegio Williams, en Ciudad de México. La muerte del menor en la capital desembocó en la detención de cuatro personas por un delito de homicidio culposo con agravio, de ellas, dos ya han sido procesadas por lo ocurrido en las instalaciones del centro educativo.
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