En su séptima campaña al frente del Manchester City semeja que Pep Guardiola edifica su obra más perfecta en la Premier, camino de su quinto título y de situarse a la altura de Matt Busby, el mito de la acera de enfrente, campeón en cinco ocasiones con el United y primer ganador de la Copa de Europa con un club inglés. El City apunta al triplete tal y como lo hizo su rival doméstico en 1999 a las órdenes de otra leyenda, Sir Alex Ferguson y oposita a ese triunfo del que le separan Real Madrid en la competición europea, Arsenal en la Premier y Manchester United en la Copa con un plan en el que sobresale la conjunción entre Kevin de Bruyne y Erling Haaland. “La forma en que jugamos las temporadas pasadas con un falso nueve fue completamente diferente, Ahora la conexión entre ellos es extraordinaria y por eso tratamos de usarla”, reconoce el técnico catalán.
La exhibición de la dupla en el partido contra el Arsenal invita a pensar que sus rivales tienen un problema para detener tanta exuberancia. Guardiola se ha planteado que su tránsito como entrenador de Haaland aporte al talento noruego algún registro más que su pericia para dejar la pelota en la red de la portería rival, que no es poco. “Me gustaría mejorar su capacidad para asociarse con el equipo”, explica. En esa búsqueda ha encontrado a Kevin de Bruyne.
Es Erling Haaland. Es Don Kevin De Bruyne. Dos futbolista superlativos. Una sociedad imparable 🔥
El control es bestial, la definición una maravilla que puede decidir un título #PremierLeagueDAZN ⚽ 🏴 pic.twitter.com/YCedgOoV6d
— DAZN España (@DAZN_ES) April 26, 2023
El contundente triunfo ante el Arsenal, por marcador y resultado, alerta sobre una dupla que convierte al Manchester City en un equipo dúctil que no sólo tiene capacidad para manejarse en espacios reducidos. “Habíamos trabajado los pases de media distancia y cómo podíamos sacarle partido ante una defensa que buscaba los emparejamientos”, explicó el centrocampista belga tras el partido contra el todavía líder de la Premier. Su capacidad para acudir al espacio después de que Haaland bajase los envíos que le llegaban desde la zaga alerta sobre el riesgo de acudir a encimar a un equipo que maneja todo tipo de variantes.
Porque Guardiola empieza a convertirse en imprevisible. Contra el Arsenal sorprendió con una zaga de cuatro hombres y un doble pivote en el que incrustó a Gündogan en apoyo de Rodri para auxiliarle ante la presión del rival. La clave, también, era liberar al talento belga para convertirlo en indetectable en auxilio de Haaland. “Si Thomas o Xhaka se iban a presionar arriba yo tenía la misión de intentar ocupar el espacio tras ellos”, apunta De Bruyne. Desde esa ubicación entre líneas pudo aprovechar las dejadas de Haaland, que ejerció de pivote para descargar sobre su compañero. De esa conexión nació la diferencia. “Nos apretaron mucho y lo remediamos encontrando a Haaland”, describió el zaguero John Stones. Pocos pueden cuerpear de espaldas a la portería como lo hace el delantero noruego. Y en ese contexto De Bruyne es letal como acompañante. “Se mueve muy bien cuanta más libertad tiene y en las segundas jugadas”, describe Guardiola.
Tras el partido, Kevin de Bruyne reflexionó sobre la importancia que Grealish y Bernardo Silva tuvieron para estirar al rival a lo ancho y generar así espacios por dentro. “Creo que fue complicado para los centrales del Arsenal decidir si tenían que venir conmigo o con Haaland, queríamos que saltasen conmigo o dudasen”, explicó tras el partido. Pero hubo más: el City trabajó para que el Arsenal no jugase por dentro, de manera que Ruben Dias saltaba sobre Odegaard para que el mediapunta noruego no se diese la vuelta para filtrar balones, una idea que contra el Real Madrid puede repetir sobre Benzema.
En la media parte, Arteta ajustó una presión más efectiva sobre los centrales del City, que tuvieron más problemas para encontrar a De Bruyne. Ocurrió que en esa tesitura Odegaard, que ya iba cruzado, cometió un error en un pase sencillo y llegó el tercer gol, una nueva conexión entre De Bruyne y Haaland, que ya con el cabello liberado culminó su actuación con una nueva muesca en su revolver goleador.
“Siempre le presiono porque siempre creo que puede hacerlo mejor”, dice Guardiola sobre De Bruyne, que suma en una temporada desigual nueve goles y 27 pases decisivos (siete y 18 en la Premier). Pero el belga siempre suele aparecer cuando hay que dar un paso adelante. En las últimas cinco temporadas suma 18 tantos y 14 asistencias en los meses de abril y mayo. Ahora tiene el mejor socio cerca para que esos números engorden. Quien viese el destrozo que sufrió el Arsenal este miércoles en el Etihad se pensará muy mucho cómo y de qué manera irá a presionar al City. Desde luego si lo hace mirará el retrovisor.
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